Me han dicho que si no hago algo, se me va a convertir en un niño difícil, con problemas en la escuela y con la sociedad, que debo ponerle límites y mostrarle que quien manda soy yo. Que si no lo hago ahora, después será incontrolable.
Me imaginaba tener un niño tranquilo, amoroso, respetuoso... que atendiera, que "obedeciera" y encontrar que es diferente, de pronto, de impacta, me paraliza y frustra.
Entiendo que mi pequeño es un niño de alta demanda por sus características:
- Intensos
- Hiperactivos
- Absorbentes
- Demandantes
- Maman frecuentemente
- Se despiertan muy a menudo
- Siempre parecen estar insatisfechos
- Impredecibles
- Hipersensibles
- No se calman solos
- Necesitan contacto físico día y noche
- Sensibles a la separación
Y más...
Octavio es intenso. Es inteligente, su obstinación me da claridad de ello. No habla aún, no controla esfínteres, no participa ni se integra en lo que los adultos queremos. Llega a ser agresivo, hace berrinches, grita, tiene cero tolerancia a la frustración. Pero se que tengo yo (y nosotros, sus adultos) que aprender a orientar, guiar, ayudarlo a él y aprender a reacomodar mis espectativas respecto a ser madre y a cómo me imaginaba que sería mi hijo.
Por suerte que recientemente he encontrado una tribu, donde he conocido mujeres, amigas, especialistas, que me han orientado con pláticas, técnicas, lecturas, terapias que pueden ayudarnos. Estoy en búsqueda de encontrar el equilibrio, la paz y el disfrute de mi maternidad. Tengo en las manos una vida, un ser que quiero que encuentre tranquilidad y satisfacción en el camino que le toca andar, quiero acompañarlo y que seamos felices disfrutando ese caminar juntos.
Y desde mañana empieza un curso de Disciplina Positiva que tomaré, que espero que nos sea de gran ayuda...