jueves, 17 de octubre de 2013

Octavio en Bunko Papalote

Llegamos a Bunko cuando Octavio tenía año y medio al taller para bebés. Nievska con su infinita paciencia y dedicación fue siempre muy amorosa y comprensiva con él. Octavio no se comportaba como los demás bebés. Él parecía no poner atención, no se quedaba sentado a la hora del cuento y difícilmente lograba atender las indicaciones de las actividades lúdicas. Entonces no sabíamos qué sucedía y, aunque muchas veces me cuestioné si tenía caso que Octavio continuara asistiendo, las palabras de aliento de Nievska siempre nos hacían regresar al taller semanal. Avanzaba poco a poco y, a su modo, parecía disfrutar cada vez más. En casa, Octavio leía sus libros y repetía el ritual de la lectura del cuento y al terminar, movía sus manos, girándolas para decir “y colorín, colorado…”. Lo que significaba que sí estaba atento, sí había estado captando todo lo que sucedía dentro de su clase de Bunko. Sin duda, los libros y la lectura son algo importante en su vida.

A Octavio no le gustan mucho los cambios, así que con la partida de Nievska y la llegada de Alba al frente del taller, de nuevo se enfrentó a un caos, el caos de su mundo fragmentado. Ahora sabemos la razón: Octavio aprende y percibe el mundo de manera distinta a los demás niños.

Bunko nos ha significado un espacio de apertura, con la disposición para obtener la información, el conocimiento y para hacer los ajustes necesarios para incluír a Octavio y a otros niños neurodiversos que puedan llegar en el futuro, con un esmero e interés genuinos.

Alba fue quien nos abrió generosamente las puertas de Bunko ante el shock de nuestra realidad con Octavio y su condición. Norma, es ahora quien con mucho esmero está con él, atendiéndolo, guiándolo y encaminándolo para que pueda ser capaz de asimilar y disfrutar de la lectura y de la convivencia con los otros niños del taller.

Nosotros, los papás de Octavio, no tenemos más que un profundo agradecimiento a Bunko por permitirnos contar con este espacio, que le ha servido a Octavio como un lugar donde socializar, compartir, disfrutar. También como un pequeño segmento de la sociedad, que tiene reglas y estructura. Hemos conocido amigos y “hermanitos” para Octavio, niños maravillosos que crecerán con la sensibilidad que les da saberse parte de una comunidad diversa e inclusiva. Leer para transformar, dice el eslogan, y así será.

Gracias infinitas a Nievska, Citlalli, Alba, Norma y a todas las demás integrantes por su amor infinito a la lectura y a los niños… y por el que le han dado a Octavio.

Gracias Bunko Papalote y nuestras felicitaciones desde lo profundo del corazón.

Yarim, Israel y Octavio


1 comentario:

  1. Yarim eres afortunada al contar con bunko papalote. espacios así hacen falta aqui en el puerto :( por eso extraño xalapa. te dejamos besitos para octavio. todos los integrantes de mundo vishos.

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