De niña, durante toda la primaria tuve por compañera a una niña con discapacidad auditiva. Para todos nosotros fue algo muy natural convivir con ella. Nunca hubo discriminación ni fue excluída y todos aprendimos el lenguaje de señas para comunicarnos con ella. Era parte del grupo. Esa experiencia, estoy segura, que marcó y sensibilizó a todos los niños que fuimos entonces.
Ahora mi intuición me lo decía, no solamente Octavio se vería beneficiado de su inclusión en una escuela regular. También los niños aprenderían a convivir, aceptar y respetar la diversidad como algo natural. Y así fue.
Hoy terminó el ciclo escolar para Octavio y nos llevamos grandes muestras de amistad, con unos niños nobles y sin prejuicios. Se quedan en nuestro corazón.
Gracias a maestras y maestros, gracias hermosos niños. Gracias especiales a Luz y Mayra, maestras sombra, que iluminaron el camino de Octavio durante este ciclo. Y mi agradecimiento infinito a la maestra Liliana, que siempre creyó en la capacidad de Octavio y siempre estuvo muy al pendiente de él. Sin tu apoyo esta no hubiera sido una inclusión escolar exitosa.