Las pequeñas pero grandes, ENORMES satisfacciones al ver cómo se reguló, se atrevió, venció sus temores, se independizó de mí, confió en su guía y entró al agua. Él, con las emociones y sentimientos encontrados por su logro. Yo, emocionada, aguantándome el nervio, demostrándole seguridad. Al salir me pidió que no le aplaudiera. Yo lo abracé fuerte y le aplaudí con el corazón. Él se aguantó las ganas de llorar pero se veía satisfecho. Creció. Crecimos. Seguiremos creciendo.
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