martes, 23 de agosto de 2011

El encantador de abuelas

Se nos quedó el hueco en la casa y en el ánimo, después de casi un mes de estar acompañados por la abuelita paterna. Nos apoyó, apapachó y consintió con mucho amor y dedicación. Su visita me dió mucha tranquilidad ya que coincidió con los días en que tuve que quedarme horas extras en la oficina y trabajar hasta el sábado, así que Octavio estuvo de lo más apapachado por sus dos abuelas. Ellas encantadas y el pequeño parecía un príncipe con su corte de abuelas a su disposición. Lástima que no pudimos salir a pasear más con élla, justamente porque andamos con mucho trabajo. La visita al mar y al acuario se nos quedó en el tintero...

Deseamos que ya acabe el mes para poder tener un respiro y que en septiembre tengamos tiempo para volver a nuestras cosas queridas, como este blog. En septiembre terminamos los proyectos de trabajo, sobre todo, el tan cansado, delicado y agotador de ilustrar dos libros, que es lo que tiene al papá de este nido tan ocupado. Ya falta poco, y podremos volver a nuestras caminatas en el parque Natura, a los tejidos y bordados pendientes, a los domingos dormilones, a tener alguna tarde en el cine como los novios cinéfilos que fuimos, a ordenar y remozar la casa, a irnos a alguna visita a Pachuca y al D.F. en plan de paseo, a planear la fiesta de cumpleaños de Octavio... en fin... ya falta menos...

Hay mucho más que contar... regresaré aquí pronto...


2 comentarios: