miércoles, 3 de agosto de 2011

Un mal día

Como todos los días, dejé a Octavio por la mañana en casa de la abuela. Ella lo entretiene llevándoselo al jardín, donde le encanta explorar entre caminos y plantas, para que yo pueda irme al trabajo sin que él se de cuenta y no dejarlo llorando. Así que se salieron al patio a caminar por el jardín.

En la parte posterior de la casa, hay una cabaña donde llega mi hermano cuando viene a Xalapa de vacaciones. A Octavio le gusta mucho estar esa casita, así que se dirigieron hacia la entrada. Mi hermano estaba barriendo el agua de la lluvia que se escurrió al pasillo de la cabaña cuando pasó todo. En un segundo, en el que nadie preevió que podría ocurrir un accidente, Octavio entró por ese pasillo sin dar tiempo de que ni la abuela, ni mi hermano ni la niñera pudieran agarrarlo. La combinación de factores -el tipo de piso, que es extremadamente liso, el agua regada, las chanclitas que llevaba esa mañana Octavio, que comprobado está que no son seguras en lo mojado- hicieron que se resbalara cayendo con mucha fuerza golpeándose la parte posterior de la cabeza.

Me duele tanto no haber estado ahí, me entristece mucho que eso haya sucedido. Yo me enteré de todo cuando ya había pasado y se me parte el corazón porque estuve lejos de él sin enterarme de nada. Mi mamá me llamó a la oficina para avisarme. Me lo dijo tranquila, con claridad y certeza de que Octavio estaba bien, porque ya había sido revisado por los médicos y ya estaba en la casa. Yo sentí horrible y me fuí lo más pronto que pude a verlo. Mi jefa y compañeras de trabajo fueron muy solidarios conmigo brindándome todo el apoyo, porque me vieron muy nerviosa y preocupada. El camino a casa se me hizo eterno.

Me contaron que el niño lloró muchísimo y que al levantarlo del piso mojado perdió el conocimiento, momentáneamente. Mi mamá se espantó muchísimo, lo cargó sin siquiera recordar que se está recuperando de su brazo fracturado. Llorando le rogó que se despertara, que no le hiciera eso... porque sintió que había sido fatal la caída. Ella, como enfermera sabe muy bien lo peligroso que son los golpes en la cabeza. Dicen que mi pobre mamá estaba al borde del infarto, blanca como el papel. En eso el niño reaccionó pero tardó en ubicarse. Mi hermano los llevó al hospital. Octavio ya iba consciente y ya estaba más tranquilo. En urgencias lo revisó una doctora, le hicieron pruebas que descartaran problemas neurológicos, le sacaron placas, lo que fue muy traumatizante para él porque no se le olvida la mala experiencia que ya tuvimos antes. Lo importante fue que no había vomitado, no había fractura y ya en ese momento él estaba normal, caminando, hablando, atendiendo. Lo dieron de alta pero con la indicación de que tenía que estar los siguientes tres días en observación ya que si presentaba vómito, algún movimiento rápido y sin control de alguna extremidad u ojos, convulsiones, desmayo, dolor, etc., se le tendría que hacer una tomografía, pero eso ya son problemas más graves.

Por fortuna que hasta este momento en que escribo, que ya es la noche del tercer día de observación, Octavio ha estado muy bien, contento, juguetón, travieso, gritón, en fin, lo normal, como si nada hubiera pasado. Ni siquiera se le hizo un chipote ni nada.

Siempre queda un aprendizaje de las cosas que pasan. Ahora todos sabemos que todo lo que esté alrededor de un niño pequeño debe ser revisado, los pisos mojados, las chanclitas sin antiderrapante, las puertas, los bordes, las esquinas, etc. todo lo que represente un riesgo, por mínimo que parezca, debe ser corregido para brindarle un entorno seguro. Además la etapa cada vez más exploradora de un bebé de 19 meses en la que se trepa, se avienta, brinca y corre, donde no mide el peligro, es en la que debemos poner más atención y no quitarle la vista de encima.

Ya estamos todos más tranquilos, pero me queda la espina de que los accidentes como este se pueden prevenir y no deben volver a pasar. Espero que este tipo de episodios NUNCA MÁS se repitan y que toda la gente que quiero esté siempre bien, que nunca sean (seamos) sujetos de malas situaciones. Amo a mis papás, mis hermanos, mis sobrinas y a toda mi familia. Amo intensamente a mi hijo y a mi compañero. A mis amigos que están enfermos les deseo que se recuperen pronto.

Cuidense, cuidémonos. Larga vida y buena salud para todos.

3 comentarios:

  1. Es una situación muy fea y dificil. Ojalá no vuelvas a pasar tanta angustia, aunque siempre psasn cosas que no podemos predecir, sin importar cuán cuidadosos, como ver pro primera vez como les sale sangre por la nariz, yo casi me desmayo con eso el año pasado. Lo peor esno haber estado con ellos, como la vez que mi papá regresó y me dijo que lo había mordido un perro, un perrito, del que él no lo pudo proteger porque a él mis mo le dan miedo los perros, aunque dijo que él lo habría protegido pero que lo tomó por sorpresa, en fin.
    Es una enseñanza muy dura, pero lo que quiero decir es que aunque sí es útil ser muy precavidos, incluso todo lo precavidos que podamos ser, aún así siempre pasan cosas, y hay que prepararse para manejarlas y también para restarle importancia cuando sea el caso, pero siempre estar tranquilos.

    A mí se me cayó cuando tenía como dos meses y tuve que llevarlo a que le hicieran placas.

    Qué bueno que está bien y no pasó nada.

    Ta abrazo con comprensión de mamá, sabiendo cómo se sienten esas cosas.

    ResponderEliminar
  2. Hermanita querida...

    Lamento mucho tan tremendo sustazo... Gracias a Dios y demás dioses menores que no paso a más!!! Te entiendo perfectamente, pues como te he comentado en varias ocasiones, aún resuena en mi cabezota el golpazo de la de Oriana contra el suelo... y me angustia¡ufff! Es una sensación que no le deseo a nadie...
    Cuidate y cuidense todos mucho...

    PS. Te mande la foto del cervecerito...

    ResponderEliminar
  3. Uff. No sé ni qué decirte. QUizás sólo que me alegra infinitamente que Octavio esté bien y que todo no haya pasado de un susto. Pero suena horrible, no quiero ni imaginarme lo que se debe sentir al ver a un chiquito perde el conocimiento. Irene se ha caído ene veces, se ha pegado duro (bueno, a mi juicio), pero nunca hemos tenido un episodio como ése y espero no tenrlo JAMÁS. Gracias por las recomendaciones. Y mucha salud, pas y tranquilidad.
    Un besito.

    ResponderEliminar