viernes, 3 de febrero de 2012

A la escuelita

Octavio cumple 27 meses este febrero y entrará a la escuelita.
Ésta decisión me tiene muy nerviosa. Me apena tener que separame de él para dejarlo con gente extraña siendo tan pequeño, pero creo que le ayudará convivir, estar con pequeños contemporáneos, espero que se desarrolle más, que empiece a hablar, que se divierta, que la pase bien...

Sé que todo eso lo puede aprender en casa o en lugares donde haya más niños (parques, fiestas, actividades, talleres infantiles) pero en este momento creo que es la mejor opción para nosotros y espero que para él también. Hay varias cosas que puntualizar pero esencialmente decidimos que entre ahora, porque yo necesito y quiero unas horas exclusivas para dedicarme a ejercer mi profesión, que por fortuna, desde hace unos 8 meses no me han faltado proyectos y remuneración, lo que ha servido para ir aligerando algunos de los gastos de la casa.

Por otro lado creo que se le carga la mano a la abuela con un pequeño muy demandante, explorador, enérgico y de carácter tan obstinado. Papá tiene siempre mucho trabajo, impostergable y delicado, que le impide dedicarle tiempo al pequeño. Y yo, a medias, entre querer hacer lo que me gusta y no poder, entre querer poner orden en la casa, entre tener que alargar las fechas de entrega de mis trabajos, entre muchas desveladas porque sólo puedo avanzar cuando Octavio se duerme, etc... Estoy cansada. Octavio lo resiente y se pone agresivo conmigo.

Leo las páginas pro crianza con apego que hablan de las muchas desventajas de llevar a los niños a la guardería, de todas las enfermedades a las que se exponen y que en realidad no les sirve para "socializar", lo que me hace sentir mal. Leo a las mamás que se dedican en exclusiva a estar en casa con los hijos, que sin duda, tienen resuelta la economía del hogar lo que les permite estar y disfrutar de la crianza, sin agentes externos. También leo a las admirabilísimas madres multitarea, que educan en casa y que les alcanza el tiempo para hacer mil cosas. Y yo no encajo. Estoy haciendo todo a medias. Yo necesito y quiero tiempo, para trabajar y para mis proyectos personales. Las horas en las que esté Octavio en la escuelita tendré que aprovecharlas al máximo, para que cuando lo recoja, pueda dedicarme el resto del día a estar en exclusiva con él y no con la cabeza en otro lado. Espero que así nos funcione.

Los días de adaptación serán difíciles, espero que los sobrellevemos de la mejor manera y que al final, sea para bien esta decisión.

2 comentarios:

  1. Yarim, no te angusties. Cada niño y cada familia (y cada mamá, por supuesto) tienen sus ritmos. Te deseo toda la suerte, la fuerza y la paciencia. Estás tratando de hacer las cosas del mejor modo y sin duda eso redundará en buenos resultados. La vida entera es un aprendizaje y éste, será, también, uno para todos. Mándale un abrazo a Octavio y confía en que todo saldrá bien.
    Otro abrazo para ti,
    A.

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  2. Yarim estamos exactamente en la misma posición, mi hija de 2 años 7 meses este martes entrará a la escuela, igual fué una desición dificil pero a la vez acertada, creo que ella será muy feliz ahi, aprenderá, jugará, disfrutará, igualmente tendré esas horas para trabajar y mi mamá podrá descansar de una tarea que tenía desde hace 2 años, los niños se adaptan facilmente y si cuando lo recojas de la escuela estarás al 100 con él, eso es mucho mejo que estar todo el día a medias. Un abrazo

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