martes, 6 de marzo de 2012

Ausencias

A los pocos días de entrar a la escuelita, Octavio se enfermó de la gripa y la tos, por lo que dejamos de llevarlo. Así que el proceso de adaptación a esta nueva etapa se ha alargado, porque cuando por fin, después de semana y media resguardado en casa, pudo regresar a la escuelita, no deja de llorar, pidiéndome que no, que no lo deje ahí. Después, al regreso, ya lo encuentro contento y tranquilo.

Yo también me enfermé, en medio de muchísimo trabajo. Ahora sí me he sentido agotada y estresada con tanto trabajo y queriendo pasar más y mejor tiempo con mi pequeño. La tos no ha querido abandonarme casi durante dos meses y apenas en estos días empiezo a sentirme mejor.

De no haber sido por la invaluable ayuda de la abuela que vino desde Pachuca a pasar dos semanas en nuestra casa, yo no habría podido sacar adelante mis entregas de trabajos encimados, atender la casa y la comida, apoyar al papá y ver lo que Octavio tiene que llevar a la escuelita.

Me sigue preocupando la ausencia de habla de Octavio, que ya tiene 28 meses. Ya tengo algunos datos para recurrir en busca de ayuda con profesionales, sólo estoy dando un poco más de tiempo. A ver si la escuelita le ayuda en el tema del habla y el carácter. Por lo menos sí lo noto menos agresivo, ya casi no hay pellizcos ni golpes, pero sí, muchos gritos.... en fin...

Sin duda, repitiendo lo que leo en uno de mis blogs gurús, si yo estoy bien, mi niño estará bien. Si estoy menos estresada, seguro él también lo estará. Si todo fluye, fluirá también nuestro bien común.