La dinámica de nuestra casa se nos vio alterada porque cuando la salud falla todo se complica. Mi falta de movilidad y libertad, consecuencia de mi recuperación, me obligó a permanecer en casa y dejarme ayudar, soltar el control, confiar y pasar la estafeta a las amorosas abuelas para resolver las necesidades de mi pequeño: llevarlo a la escuela, recogerlo, darle de comer, apoyarlo en su higiene personal y sobre todo, apoyarlo emocionalmente en este trance... todo lo que yo no puedo hacer por el momento.
Y mi compañero, cansadísimo, estresado; rebasado físicamente por su entrega completa a su trabajo; el profundo compromiso con el libro en turno; la delicadeza y extrema finura con la que nacen las ilustraciones a través de sus pinceles, que le llevan a dedicarle horas y horas, restándole tiempo al sueño y el descanso; las fechas límite en las que no importa que el mundo se caiga alrededor..., lo han puesto al borde del colapso.
Sin el apoyo de su noble amigo, discípulo aventajado, el final se vería todavía más lejano.

Y agradecidos, también, por dejarnos encaminados hacia nuestro regreso a la rutina diaria, con más salud y estabilidad.
Muchísimas Gracias!!! Los Quiero Mucho Son Lindisimos Todos Ustedes Espero Verlos Pronto (jejeje me gusta lo de Daniel Tigre)
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