miércoles, 15 de julio de 2009

Semanas intensas (20, 21, 22)

Del 1° al 15 de julio: La espera de la vuelta del viajero de la India me tuvo muy emocionada y aunque trataba de controlarme, me tenía muy tensa por pensar en que tuviera un buen viaje y sin dificultades. Es que han habido tantos accidentes de avión que vaya, no podía dejar de estar preocupada. Pero todo salió bien. El maestro Barrón regresó más delgado, más moreno y más barbudo. Cumplimos la promesa de que a su retorno yo tenía que verme más embarazada que él ;D...

Y es que sí... de pronto, la evidencia de que tengo a mi cría dentro y que además está creciendo ya empezó a notarse. Yo ya estaba un poco preocupada porque no estaba segura de sentir su movimiento y pues veía mi cuerpo expanderse por todos lados, menos de la panza... Pero desde hace dos semanas mi cuerpo se ve ya de embarazada, no de "gordita"...

Viajé con mi mamá a México a encontrar a Israel al aeropuerto y pasamos un par de días en Pachuca, donde la abuela de allá se esmeró en festejar el cumpleaño de la abuela de Xalapa y se deshizo en atenciones para con su propia y viajera cría y para la madre de su futuro nieto. La pasamos bien, aunque yo no pude disfrutar esos días en Pachuca porque tenía muchos pendientes que no podía dejar de hacer y que tenía que trabajarlos desde allá. Aparte, estuve tanto tiempo sentada, desde que viajamos a México, las horas de espera en el aeropuerto y el viaje y retorno de Pachuca, pues mis pobres pies lo resintieron y se me hincharon de nuevo. Eso me asustó un poco, pero con reposo y las atenciones de las abuelas, me recuperé bien.

Tomé una clase de ejercicios para embarazadas, que me gustaron mucho, porque creo que sí es importante que esté más activa, consciente de mi cuerpo y de que dentro traigo a mi cría, y además para que aprenda a estar tranquila a la hora del parto. Espero poder tomar ese curso.

Ya de regreso a la realidad y la vuelta a la convivencia diaria con Israel y el estres que nos provocan todas las situaciones nuevas y futuras que se nos vienen, sobre trabajo, dinero, espacio, etc., ahora que seremos tres, hicieron que las emociones de los dos estuvieran a flor de piel, haciéndonos reaccionar, él con enojo y yo con llanto... hasta que hablamos y tratamos de encontrar un punto medio, un punto de acuerdo, renovando las ganas de afrontar lo que se venga, pero juntos, de acuerdo, fortalecidos...

Sé que he chillado mucho, seguro que aparte es por la chipilera de estar embarazada, pero no quiero que esas emociones mías le afecten a mi cría. Ahora sí lo siento moverse y protestar cuando he estado intranquila. Le pedí al Barrón que le hable, que le diga que si nos ha escuchado discutir es porque nos preocupa darle y darnos un buen futuro, que lo queremos y que lo esperamos con todo el deseo de que llegue bien y viva feliz....

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