Israel regresó de su viaje hace dos semanas. Regresó un viernes en la madrugada y apenas amaneciendo se tuvo que alistar para irse a Veracruz a trabajar. Pudimos platicar un poco hasta esa misma noche que regresó del Puerto y el sábado por la mañana se fue a dar su Taller de Dibujo, así que desde que llegó no pudo descansar casi nada. Regresó con el cansancio del viajero pero contento por haber ido a otros lugares, aunque ahora cada vez está más convencido de que la mejor compañía para viajar somos Octavio y yo.
Además, tuvo que llegar a terminar de trabajar en una exposición que tenía en puerta la semana pasada, así que nuestra casa, que es muy pequeñita, se transformó en taller de pintura. Siempre que Israel pinta, la mesa nos sirve para comer y como soporte de pinceles, trapos para secarlos, frascos de pintura, platos de mezcla de colores, botes con agua, bastidores, papeles, etc. Pero, mientras no contemos con un espacio más adecuado, tenemos que seguir adaptándonos en el que tenemos, para vivir y trabajar.
Nuestra casa ha estado en transformación desde que iba a nacer Octavio. Acostumbrados a vivir entre libros, discos, películas, pinturas y artesanías, de pronto hemos tenido que ir haciéndole cambios para ganar espacio para vivir, ahora, con Octavio. Yo tenía mi estudio en una de las dos recámaras que tiene la casa. Tenía dos mesas. Una era para mi computadora y la otra era de trabajo. Un estante y una cajonera con materiales de trabajo, mis libros de diseño, mis archivos, mi música, etc., pero tuve que adaptar todo, sacar cosas y tratar de reacomodarme en un espacio más chico, con la llegada de Octavio, porque hubo que meter un mueble para su ropa.
Empezamos desde el año pasado y apenas esta semana le estamos viendo forma a la nueva adaptación. Es increíble la cantidad de cosas que acumula uno en un espacio tan pequeño. Cosas, que además, no se usan. Sacamos las dos mesas, ya no tenemos PC, ahora sólo laptop y un mueble compacto para la impresora, el módem y como minidespacho de diseño. Nos deshicimos de muchas películas y estamos haciendo una selección de discos para quedarnos sólo con los de la música que más nos gusta.
Yo siempre he sido muy ordenada e Israel, después de pintar, vuelve todo a la normalidad y acomoda todo el desorden en que se convierte la casa. A veces me parece que él es más obsesivo que yo respecto al orden. Acomoda libros, películas, cuadros y artesanías casi con regla en mano. Ambos somos de la idea de tener pocas cosas, más en un espacio tan pequeño. Pero ahora que tenemos un hijo, es imposible no irse llenando de más cosas, lo cual, parece que altera a Israel. Ahora hay sillita, carriola, juguetes, cajonera, bambineto, cuna y moisés. Eso nos trajo una discusión esta semana.
Cuando nació Octavio heredamos un moisés y una cunita, que han servido para varios bebés antes. Además nos regalaron un bambineto que le sirvió mucho de pequeñito. El moisés lo trajimos de Pachuca, era herencia de un bebé conocido de la familia al primo de Octavio, pero está buenecito porque prácticamente Amir no lo usó y la cunita era del hijo de mi amiga Paulina, pero que también usó otra niña antes de que se la regalaran a Octavio. Hasta una buena colección de juguetes didácticos para bebé heredamos de los hijitos de unos amigos.
La cosa es que desde que nació, Octavio ha dormido en nuestra recámara pero ha usado siempre el moisés. Le gusta, es su espacio, se duerme a gusto, le encanta sonreírle y platicarle (me imagino que ve sonrisas en las arrugas de la tela del forro). Pero ya está creciendo, ya se mueve mucho, ya se quiere sentar y ya casi no cabe en él, así que ya llegó el tiempo de pasarlo a la cunita.
Como muchas de las cosas de las que no me informé desde antes de que naciera Octavio, el tema del colecho lo conocí después. No me acostumbré a dormirlo en nuestra cama y él parece estar muy cómodo durmiendo en el moisés, la burbuja, el bambineto, la cuna o la sillita portabebé. Pero tampoco, estoy de acuerdo en que el bebé duerma en la cunita en la recámara de al lado, como era la idea de Israel al principio. Yo no podría ni dormir de pensar que está tan “lejos”. Pienso que si hubiéramos conocido y estado de acuerdo en los beneficios de colechar desde el principio, me hubiera costado menos trabajo cuando recién parida, con la cesárea, adolorida y sin poder moverme bien, me paraba a cada rato a revisar a mi recién nacido en su moisés.
La discusión fue cómo adaptar la recámara, ahora con la cunita. Hubo que sacar un mueble de películas y pasarlo al otro cuarto y ordenar diferente para que todo cupiera bien. Finalmente llegamos a un acuerdo y la recámara quedó bonita, con la cuna de mi lado de la cama, con ilustraciones en las paredes y con espacio para maniobrar.
Aunque pasa la mayor parte de la noche durmiendo en su cuna, ya aprendimos a disfrutar de unas horas de colecho, cuando de madrugada se sigue despertando para comer y lo amamanto acostados, lo que parece que también me ha ayudado con más producción de leche y eso me tiene contenta. Así nos quedamos y nos parece una maravilla amanecer los tres juntos en la cama. Israel reboza de alegría cuando siente las manitas de Octavio en su cara, dándole los buenos días.
En fin, que tendremos que acostumbrarnos a que la casa seguirá transformándose, adaptándose para la seguridad de Octavio y pues conforme crezca habrá cada vez más cambios. Hay varios pendientes, como tapones para los contactos de la electricidad, puertas para la escalera, la alacena y los productos de limpieza, etc… Ya me imagino a Octavio cuando empiece a caminar y quiera agarrar las artesanías y la colección de fósiles de papá. O cuando tenga juguetes preferidos que deje por toda la casa. Le enseñaremos a ser ordenado, pero una casa con un niño tiene que denotar que vive ahí un pequeño torbellino… y los papás, pues tendrán que aprender a que no siempre se puede conservar el orden milimétrico de la casa.
Por último, ahora tendremos que esperar a que pronto haya a quien dejarle las cosas que está desocupando Octavio, continuando con esta cadena de herencias, que reduce gastos y que le saca más provecho a las cosas que los bebés dejan casi nuevas... O hasta pienso en que bien se podría hacer una red de intercambios, un trueque entre mamás, para obtener cosas que hacen falta, que nuevas son caras y que los niños dejan de usar y que puden servirle a otros, como ropa, juguetes o hasta muebles, todo en un afán de apoyar la economía y de consumir menos. Sería muy bueno participar en algo así...
Aun recuerdo como era esta casa antes de q llegara Max,siempre limpia,ordenada,al dia de hoy me da pena q la vean =/ sigue limpia,pero de ordenada casi nada,si acaso dura 5 min con "todo en su lugar" despues de ese tiempo hay juguetes,crayolas,pinturas y demas por todos lados.
ResponderEliminarCoincido contigo en q es increible cuanto trique juntamos,de repente nos invaden cosas q ni usamos pero q por x o y conservamos.
Tu idea del intercmbio es buena,de hecho ya regale mi moises y hasta la bañera de Max pues con Mateo no los ocupamos y ahora con Gala tampoco los ocuparemos (si le atinaste es nina¡¡)
Generalmente yo busco a gente "de confianza" q esta esperando bb,pues me e topado con personas un poco especiales q no les gusta algo "usado",a mi es algo q no me molesta,al contrario lo veo como un mega ahorro y tomando en cuenta q son cosas de otro bb no le veo mayor problema.
Aca en el d.f hay 2 tiendas q se llaman "como nuevo" venden puras cositas de bb de segunda mano en perfecto estado,ya planeo darme una vuelta pues creo q la carreola q ya duro casi 4 años no resistira ni un año mas,encuentras casi de todo y de diferentes precios,depende ya la marca,tambien hay una chica de un blog español q empeso algo asi como una cadena de regalos entre varias mamis,las q tienen hijos mas grandes les regalan a las embarazadas ropita y demas cositas q ya no utilizan,la unica condiciòn es q vivan cerca para q no gasten en el envio.
orale!! ya me imagino tu casita toda ordenadita y con el bebé caminando seguro q vas a tener q andar atras de el
ResponderEliminarpa que no vaya a romper nada :) asi nos pasa con azul el visho reacomodo todo su jardín por q las botellitas resultaban peligrosas para la chaparris :) que bien q ahora ya tenga su cunita octavio :) y q duerma con ustedes. dormir con azul resulta mas dificil porq mientras duerme se da como mil vueltas y no podemos dormir... :)pero weno esa es otra historia :) estoy de acuerdo en que cambiemos cosas o se haga algo con todo lo q van dejando los bebés :) saludines
Ojalá hubiera una tienda así por estos rumbos. Yo por lo pronto, estoy juntando la ropita que está dejando Octavio para siguiente el heredero. Aunque no estaría mal copiar la idea del blog español...
ResponderEliminarMi hermano dice que le guarde lo de Octavio... que en una de esas... le encarga un primito ;D...
Felicidades por Gala, Elena!
Cierto! No me acordaba de mis plantas en botella que tengo en la escalera :S Tendré que moverlas de lugar, cuando como Azulita, Octavio ande agarrando todo...
Besos a las dos y sus nenes bonitos...
Hola yarim, es super bonito leer como ha cambiado tu vida y lo feliz que estas con Octavio. Disculpa que me pierda y no haya ido a conocerlo. Pero ya le dije al mtro. Villar que tenemos que ir y que pensamos ir en manada. Yo tengo que verte en tu faceta de mama, ne vdd que de leer tus comentarios hasta se me antoja... nada mas no le digas a memo que le da el infarto. Les mando un abrazote y espero pronto podamos ir a visitarte si no es molestia. Chau
ResponderEliminarQuerida Pita, anímate, que Octavio necesita más amiguitos contemporáneos para poder jugar. Además necesitamos a quién heredarle la ropita jeje! Así que apúntate, es muy bonito, muy divertido y seguro que un grillito sería muy bienvenido en este mundo.
ResponderEliminarAbrazotes!!!