miércoles, 20 de octubre de 2010

Coincidencias

En este blog pocas, poquísimas veces (más bien ninguna) vez he citado textualmente lo que otras mamás escriben, aunque con muchas siento empatía al leer sus experiencias. Esta vez transcribo un texto que me llegó a través de las redes sociales, escrito con el corazón y las entrañas de Silvina L. Monge y con el que coincido totalmente, porque al igual que a ella, no me gustan las posiciones radicales, sobre lo bueno y lo malo, respecto a la crianza de los hijos. Va. Gracias por escribir un texto así.

Soy mamífera, aunque antes yo no lo sabía
de Silvina L Monge, el El Martes, 19 de octubre de 2010 a las 9:14
 
"Yo no tomé teta. Y el vínculo con mi madre (y con mi padre) es fuerte y ha surcado kilómetros y kilómetros de distancia. Ha sobrevivido una pronta adolescencia y (¿porqué no?) una adolescencia tardía. Yo no tomé teta y no estoy gorda y soy muy inteligente, soy guapa y segura de mí misma (o eso dice mi terapeuta después de años de trabajo juntas). Yo no tomé teta y soy tan fuerte cómo un roble, he aprendido a a auto curarme el asma. Yo no tomé teta porque mi madre no tenía leche entonces le dio una mastitis. Le dieron una pastilla y a brote de lágrima se le retiró la leche, el dolor y “no pasó nada”, pero fue ella la que fue corriendo a comprar una sacaleches cuando me vio los pechos duros y enormes, rojos y tibios casi calientes al segundo día de nacida mi hija; dicho sea de paso ya abiberonada en La Paz (ni más ni menos) y sin mi permiso. Yo no tomé teta. Y me tiraron el chupete a mis tres años. Yo no tomé teta y me chupé el dedo un buen tiempo y hoy veo con sensación de asco cuando una profesora le dice a una maravillosa niña (fuerte, segura de sí misma, brillante, simpática y sociable) que se quite el dedo de la boca. ¿Y eso porqué pregunto yo? Mi abuelo decía que porque el dedo se me iba a hacer chiquito chiquitito.


Yo no tomé teta y me quitaron el chupete y me dijeron que se me caería el dedo si me lo chupaba. Y acá estoy.

Yo no tomé teta pero mi hija de más de 40 meses (sí, casi tres años y medio) sí toma teta. Yo no tomé teta y mi hijo de 14 meses toma teta, a veces incluso, los dos a la vez. Son tan grandes ya los dos (entre los dos hacen 25 kilos, casi la mitad de mi peso) que estamos pensando en comprar un sofá más grande y cómodo (obvio no pensamos en destetar).

He trabajado con los dos enganchados a la teta, por gusto, por placer, por divertimento, por risas y porque ¡qué coño! me daba la gana, me da la gana.


He trabajado e ingresado, en tres años, a la casa el mismo dinero que los tres años antes de que naciera mi hija. Y sin embargo por trabajar desde casa y priorizar en mi familia (porque oiga, mi familia, no son sólo mis hijos, también es mi marido, porque sin él no habría la lactancia y el vínculo FAMILIAR que hay) se dice que no trabajo; y entonces ahora que la niña mayor ha entrado al cole y que he visto lo rápido que pasa el tiempo el viernes pasado me he plantado y decidido que no, que este año nada de vacaciones fuera, que el coche seguirá siendo el mismo, aunque más viejo, un año más; que la ropa será de segunda mano y que los menús serán de mirar muy bien los precios en el mercado; pero que no, que al menos durante este último trimestre no trabajaré. Y ya no me siento menos mujer por eso, y tampoco me siento más mujer.


Porque yo no tomé teta y mi madre ha trabajado desde que yo tenía mes y medio y la veo tan mujer como mi abuela que nunca salió a trabajar fuera de casa. Mi padre sí tomó teta, mi abuela dice que a parte de teta tomó biberón (pero mi padre de eso no quiere saber nada) y es tan guapo, inteligente y sano como mi hermano menor que nunca tomó teta.


Yo me siento más mujer porque siento en mis ovarios el grito de la vida, me siento más mujer porque mi cuerpo aclama que lo soy, con kilos de más o de menos, con canas de más o de menos, con arrugas que no veo pero que seguro están ahí, con celulitis y con ganas de seguir estudiando y con ganas de ser mejor persona. Yo me siento más mujer porque hoy decido hacer de mi vida un puchero y antes decidía comprarme un maletín para mi portátil de vida ejecutiva. Yo me siento más mujer porque el día que nací escribieron en mi acta de nacimiento que era mujer aunque el médico le dijo a mi madre que sólo 5 centímetros me separaban de no ser hombre. Yo me siento mujer y más mujer. A parte, también, me siento, me sé y disfruto de ser mamífera, porque amamanto sí, y porque cobijo a mis crías en mi cuerpo, porque me refugio y me lo permito en el cuerpo de mi amante, porque juego a las cosquillas y a rodar a carcajadas como jauría divertida de leones, me siento y me sé mamífera porque huelo a mis hijos, porque los baño, porque los miro de arriba abajo, porque les acaricio y porque los amo. Soy mamífera, como también son mamíferas tantas maravillosas madres que conozco que no dan ni han dado teta.


Soy mujer y soy madre y me canso, y disfruto, y grito, y lloro, y me divierto y me vinculo con mis hijos, con mi familia."













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5 comentarios:

  1. Una maravilla. Gracias por compartirlo.
    ;)
    Lo comparto, completamente también.

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  2. Gracias por escribir lo que has escrito y por darme un sitio tan especial. Me has emocionado.

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  3. Sí querida A! Es un texto muy sabio... me encantó

    Bienvenida Silvina al Nido de Octavio, con tu texto que me llegó al alma...

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  4. wow! sin duda esto es bello! algo así merece la pena ser publicado y leído por muchos, gracias por compartirlo en tu blog.
    Yarim, te invito a este espacio: http://www.clubbibliofilia.blogspot.com/
    Un abrazo,
    Lyn

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  5. Gracias Lyn! Visitaré tu recomendación!

    Abrazos

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