Ese apodo le puso mi hermano a Octavio porque grita tan fuerte que lastima los oídos. Como niño sano, con buenos pulmones y sin ningun empacho en externar su disgusto, incomodidad o furia, Octavio grita, grita y grita que puede llegar a molestar a todos los que están a su alrededor.
El sábado fuimos a la fiesta de cumpleaños de una tía. Había mariachis en vivo. Octavio nunca había estado cerca de uno pero de inmediato empezó a llevar el ritmo con la cabeza y le causaron tanta curiosidad que se estuvo muy concentrado, tranquilo, quieto, disfrutando de la música, observando a los músicos, sus instrumentos, su ropa y claro, escuchando las canciones.
Pero cuando ya se acabó la música y él terminó de comer, se aburrió y quizo salirse de la fiesta para ir a zapatear en una alcantarilla (que es una actividad que le encanta) o a correr hasta la otra esquina sin que nadie lo detenga, pero al tratar de regresarlo a la fiesta gritó tanto y tan fuerte que de inmediato comenzé a sentir las miradas de desaprobación de todos.
Al cabo de muchos decibles tuvimos que irnos. Y por qué gritaba tanto? pues ya tenia sueño, estaba cansado y aburrido en una fiesta de grandes. Todavía no sabe hablar para expresar con palabras lo que siente y sabe que causa un efecto al gritar tanto. También grita cuando no sabe cómo resolver algo, como alzar con sus dos manos el banco que está empujando cuando hay un tope o algo que le estorbe en su camino. Yo pienso que él en algún momento va a entender la manera de resolver problemas y tendrá el habla, el idioma, las palabras para hacerse entender pero ya sin gritos.
Aunque sé que a los demás les puede caer mal un niño que grita y que puede ser etiquetado de berrinchudo, consentido, atrasado o lo que sea, la verdad es que a mí no me preocupan mucho las miradas de desagrado de los demás. Sé que es una etapa. Y la asumo como tal. Yo ni lo regaño, ni lo amenazo, ni lo nalgueo, ni le grito, ni lo trato de hacer comportarse bien, como quizá los demás, quisieran que hiciera para controlarlo y evitar esos episodios.
Lo que sí me hizo pensar es en que, su fiesta de segundo cumpleaños, deberá ser quizá más pequeña e íntima de lo que me estaba imaginando, y aunque haya en su mayoría adultos, tratar de hacer que él, el festejado se la pase bien, divertido, con actividades que le hagan pasar un día especial y no uno en el que se la pase a disgusto rodeado de gente, cosas y música que no le agraden. En fin, ya veremos cómo festejaremos...
Se va acercando el día, ¿no?
ResponderEliminarY sí, pienso que no tienes por qué preocuparte por los grityos, sin de lo más normal. Verás que grita menos cuando empiece a hablar.
Un besito.
Pues me parece muy buena idea, porque al final él es el festejado.
ResponderEliminarNo te dejes preocupar por los demás, a mi me resultaba difícil.
Un abrazo.
Qué padre, ya viene el festejo de Octavio! Me gusta mucho tud ecisión y la comprensión que tienes de tu peque, que reconoces y validas sus emociones y la expresión de las mismas y entiendes que según su edad, él expresa lo que es, lo que quiere y siente.
ResponderEliminarQué maravilla!
Abrazos!
Hola mamá del decibelero y queridísimo Octi...
ResponderEliminarAclarando que fue tu otro hermano quien le puso así...y que se lo puso en buena onda (¡se me hace muy divertido!)... encontré por ahí que existió una banda mexicana rockera llamada Decibel, pionera del rock progresivo y del rock en oposición...Tal vez el sobrenombre es precisamente eso...la manifestación temprana de una personita rockera, pionera, progresiva y ¿porqué no? opositora a los cánones (impuestos) del "estate quieto, en juicio, calladito y bonito..."
De corazón te digo que no le hagas caso a las "miradas de desaprobación...", que mientras tú y el-de-los-decibeles estén bien y sean felices...los demás se pueden ir a "#%"$%$dre...¡Me cae! Te quiero mucho...
PS. Los decibeles que producen los mariachis desafinados son una auténtica mentada de madre!!!