Se trataba de darnos cuenta de que las cosas que nos gustan siguen ahí, que no debemos de abandonarlas, que son parte nuestra... y que nuestra vida no está limitada a girar en torno al autismo. En nuestro caso, es la fotografía la que siempre nos acompaña. Quizá por nuestra formación dentro de las artes visuales, las cámaras siempre están dispuestas, listas para disparar en el momento justo.
Se trata de nosotros y de nuestro modo de ver la vida. Casi no tenemos fotos juntos los tres. Así que yo los fotografío a ellos dos juntos. Él nos fotografía a nosotros dos juntos. Yo fotografío casi a diario y en muchos momentos a Octavio y es él, al final quien ocupa nuestras emociones y sentimientos plasmados en las imágenes. Muchas veces esas imágenes dicen mucho más de lo que se ve a primera vista y nos hablan, en ocasiones de cómo percibe el mundo el propio Octavio.
Paisajes, paseos, cielos con nubes caprichosas, sombras, viajes a ciudades maravillosas; gotas de lluvia en una hoja, ver nacer a una mariposa, perros durmiendo, pájaros reposando, grillos comiéndose flores naranjas; los mercados, cementerios, los museos; leer un libro en el parque, el amor de los abuelos, el papá pintando, la mamá orgullosa de su crío...
Dibujamos con la luz y los recuerdos. Israel con Octavio. Yarim con Octavio. Octavio y su peculiar forma de ver lo que le rodea... Y por supuesto la música que hace el soundrack de nuestra historia...
Que hermoso pasaje, espero que, como a mi, te resulte un recuerdo de los grandes pasos que han dado, a veces siento que no he logrado nada como madre y luego veo a atrás a través de las foto sy veo que si, ahí está la prueba, ahí está cuando aún no sabía o no podía hacer esto o aquello, hemos recorrido un gran camino, los has hecho con valentía, lo han hechos los tres, con los abuelos también, un abrazo.
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