martes, 9 de febrero de 2010

Lágrimas

A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.

Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.

J.M Serrat


Octavio tu llanto me sacó las lágrimas...

Tienes toda tu confianza depositada en mí, por lo que, fuiste contento conmigo a que te vacunaran. Platicaste y le enseñaste tu hermosa sonrisa desdentada a la enfermera, que después de un ratito te inyectó y te hizo llorar. Las primeras lagrimitas que te escurrieron de tus ojitos almendrados y tu llanto inconsolable, me partieron el corazón. Quisiera que no sintieras ningún dolor, que nunca sufras por nada.... ahora entiendo cuando los papás dicen que preferirían cambiar de lugar y sufrir ellos en lugar de sus hijos... O como cuando despiertas llorando, quisiera que nunca tuvieras pesadillas… No sé qué puedes estar soñando, pero movería el mundo si pudiera hacer que sólo tuvieras buenos sueños, de esos que te hacen sonreír y nunca de los que te hacen llorar.

Estuve cuidando tu sueño hasta la madrugada, en que te desperté para que comieras, y estar cerquita, pegadito tu cuerpecito con el mío, nos reconfortó a los dos… te dije cuánto te amo y te deje dormir tranquilo.

Esto que no conocías, se llama dolor, pero es pasajero y, éste, es por tu bien... son las vacunas, se repetirá varias veces más pero es tu protección contra las enfermedades, para que seas un niñito sano y feliz....

Así que sigue confiando en mí, en nosotros y en todos los que te queremos…

Duérmete, hermoso, yo aquí te cuido….

1 comentario:

  1. Yarim querida: hace una semana llevamos a nuestro Rodrigo a esas vacunas del horror, las del segundo mes. La primera en la pierna izquierda la aguanto, la segunda ya no y la tercera, tremenda aguja clavada en su piernita derecha fue como un aguijón en mi estómago. Lloraba César sosteniendo a nuestro bebé y yo no podía llorar porque trataba de reconfortar a Rodrigo. Al salir del Gastón Melo, ahí sí que no aguanté y sí, yo también ahpra entiendo aquella frase que tanto le he escuchado a mi abuela: "que me duela a mí y no a ti". Gracias por compartir tus cien días y más.

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