martes, 17 de agosto de 2010

Colecho con leche

Hace poco dos mamás me contaron cosas que me impresionaron.

Una, que para destetar a su hijita de un año, se untó chile en el pezón y lloraban las dos, pero logró por fin, que su niña dejara de querer tomar su leche. Otra, que se jactaba de que se deshizo de la necesidad de su hijo, que recién nacido lloraba desesperado queriendo abrazarse a ella y tenerla permanentemente cerca, en brazos, y lo dejó llorar 3 días en su cuna, hasta que el pobrecito se conformó y no lloró más.

Me impactó la crueldad, con la que creen esas mamás, que le hicieron un bien a sus hijos. Ambas lo creen porque les están marcando, según ellas, con esos métodos, un camino de independencia. Y ambas aman a sus hijos, de eso no hay duda.

Cada quien sus hijos, pero yo no puedo estar en más desacuerdo. Pobrecitos... pienso, si son tan pequeñitos, tan indefensos, si estuvieron 9 meses en su casita confortable, amorosa, calientita... por qué querer separarse de ellos así, haciendo todo por quitárselos de encima, una para que dejara de pegarsele a la chichi y la otra para que el bebecito la dejara dormir tranquila, separado, en una inmensa y fría cuna, sin el calor de mamá... Crueles, muy crueles...  

Repito, cada quien sabe. No soy nadie para juzgar. Seguramente cometeré muchos errores, en el afan de querer hacerle un bien a mi niño, nadie es perfecto, pero yo trataré de no ser cruel, de no hacer nada que lo lastime, que le deje ningún sentimiento de desolación y abandono.

Lactancia y colecho, dos conceptos que ahora entiendo con profundidad porque los vivo. Tengo más leche y me siento muy feliz de que mi chiquito la quiera (la fórmula ya no le gusta). Octavio toma la lechita de su mamá toda la noche porque además se duerme junto a él. Lactancia y colecho, profundizando lazos... 

Israel, que no estaba muy convencido del colecho, me dijo hace poco que yo le creé la adicción de querer dormirnos los 3 juntos. Me dijo, antes de irse, que extrañaría nuestra cama de 3 y despertarse con las manitas calientitas de Octavio en su espalda, listas para escalarlo a él, su montaña sagrada...

La cunita de Octavio la usamos poco, tiene juguetitos y está bonita, confortable y a Octavio le gusta pararse agarrando los barrotes, le da mucha risa, empezar a ver el mundo desde otra perspectiva...

... pero para dormir en la noche no, ya no la usamos...

Ni modo, nos volvimos adictos al colecho con leche :) ...

...y a amanecer entre sonrisas...

6 comentarios:

  1. colecho...un termino que aprendí hace tan solo poco más de un año...hermoso, pero como dices solo se llega a conocer completamente cuando se experimenta.

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  2. Ay, cuán de acuerdo estoy contigo.

    Y que bueno que lo descubrieron.

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  3. Y espera q Octavio este mas grandecito,es increible despertar y escuchar un "mami" no hay sensación mas hermosa =D

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  4. Sí! Me alegro de que se nos hizo -a papá y a mí- esta adicción del colecho... Un muy dulce amanecer imagino cuando me diga mami!

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  5. Hermosooooooo
    Y real. No he logrado que mi chiquita quiera dormir conmigo, pero en el día la tengo siempre cerquita y no hay nada igual. La extraño en las noches cuando no me llama seguido. No saben lo que se pierden esas mamás. Pobres chiquitos.

    Un abrazo y un besito para ti y para Octavio,
    A.

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  6. Mi hija mayor tiene ya 5 años y mi chiquito, 17 meses...es tan delicioso amanecer los cuatro!!
    Mi hija dejo el colecho (en esa epoca yo no sabia que asi se llamara aunque lo practicaba por seguir mi corazon) a los 18 meses...que dificil me fue!! llore mucho, ella se quiso ir...pero cuando nacio su hermanito regreso...no se hasta cuando...pero mientras dura que delicioso es!!
    que los sigan disfrutando!

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