viernes, 3 de junio de 2011

Preocupación

Hoy estoy triste, muy triste, me siento totalmente desguanzada, como si mi energía hubiera sido absorbida dejándome sin ánimos, como si toda mi alegría se hubiera fugado, dejándome cansada y preocupada.

Yo lo que más deseo en el mundo es que mi hijo sea un niño sano y feliz.

Pero estos últimos días he visto cómo el pequeño alegre y risueño, se ha convertido en un niño llorón, berrinchudo, miedoso, enojón, en una palabra, infeliz. Ha dejado de comer bien, está pálido, muy delgadito, su cabello bonito y chinito, se ha vuelto escaso. Llora, grita, habla con menos palabras que las que empleaba antes.

El miedo a los focos y la afición por las mangas largas, a veces, ya no me parecen algo simpático, de tan irracional y por las reacciones tan exageradas que le provocan, de enojo, si las mangas no son lo suficientemente largas y de miedo, como si hubiera algo muy feo en el techo junto al foco, algo que nosotros no vemos.

Ayer estaba muy ilusionada porque creí que disfrutaría mucho de su primera clase en Bunko pero no paró de gritar y llorar, no disfrutó nada y dió la impresión de que es un niño salvaje o quizá pensarían que es un bebé maltratado. Todavía puedo llegar a entender una reacción de tanto terror cuando vamos a las vacunas o al pediatra, porque el episodio de asfixia lo dejó muy traumado y desde entonces tiene mucho miedo a todo lo que le huela a doctores. Pero en el Bunko, donde se suponía que disfrutaría de estar con otros niños y niñas de su edad, de los libros, del cuento que les leen y de las actividades complementarias como la música, y nada, la reacción fue la misma, de miedo irracional, no vió los libros, la coordinadora muy linda le causó terror, no se dió cuenta de que podía convivir con los niños... en fin, y yo, salí entre avergonzada, desanimada y muy preocupada por él.

Creo que debo darle la oportunidad de que con el tiempo, pueda superar ese miedo y pueda disfrutar de la clase, veremos cómo se porta en siguientes sesiones. Siento que se adaptará bien, es cosa de paciencia.

Pero por lo demás, creo que es tiempo de ver a los pediatras, porque quizá el cambio repentino de carácter sea porque no se siente bien, quizá grita porque algo le duele, quizá la palidez y el cabello escaso sea por desnutrición porque no está comiendo como lo hacía antes.

Espero que no sea nada malo y que todo esto sea sólo una etapa, algo pasajero y que nuestro querido niño, vuelva a ser feliz y risueño, como antes, como siempre...

3 comentarios:

  1. Creo q es muy atinada tu decision de visitar los pediatras para un chequeo fisico, espero q todo salga bien y q el nene muy pronto este mejor, abrazos fuertes

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  2. Lo siento mucho, Yarim. Pero creo que ya concluiste lo mejor: recurrir a otros -pedriatras o quien corresponda- para que te ayuden a aclarar y resolver todo.
    Un beso.

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  3. yarim, tranquila, respira. la azulita pasó por lo mismo.paciencia y amor! quizá es muy brusco el cambio de hambiente :s y si lo curas de espanto. esas cosas si funcionan.
    Ánimo.abrazo fuerte

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