domingo, 31 de julio de 2011

Libros de Bunko: Besos de animales













¿Te gustan los besos rasposos de gato?
¿Los besos pegajosos de los perros?
¿Los besos peluditos de los osos?
¿Los besos aterciopelados de las vacas?
¿Los besos rasposos de los peces?
¿Los besos chillones de los cochinos?

¿Qué tipo de besos te gustan más?


miércoles, 27 de julio de 2011

Orgullosamente, mi primer tejido

Este es todo el proceso, de principio a fin, de mi primer tejido en la vida. Para quienes son expertas tejedoras les parecerá una nimiedad, pero para mí es motivo de mucho orgullo, porque no creí que podría aprender pero lo logré, gracias al proyecto Tejiendo Juntos.

Así que esta es la cubierta de pañal... tejida con amor por mí, para mi corazoncito hermoso  





lunes, 25 de julio de 2011

Niño decibeles

Ese apodo le puso mi hermano a Octavio porque grita tan fuerte que lastima los oídos. Como niño sano, con buenos pulmones y sin ningun empacho en externar su disgusto, incomodidad o furia, Octavio grita, grita y grita que puede llegar a molestar a todos los que están a su alrededor.


El sábado fuimos a la fiesta de cumpleaños de una tía. Había mariachis en vivo. Octavio nunca había estado cerca de uno pero de inmediato empezó a llevar el ritmo con la cabeza y le causaron tanta curiosidad que se estuvo muy concentrado, tranquilo, quieto, disfrutando de la música, observando a los músicos, sus instrumentos, su ropa y claro, escuchando las canciones.


Pero cuando ya se acabó la música y él terminó de comer, se aburrió y quizo salirse de la fiesta para ir a zapatear en una alcantarilla (que es una actividad que le encanta) o a correr hasta la otra esquina sin que nadie lo detenga, pero al tratar de regresarlo a la fiesta gritó tanto y tan fuerte que de inmediato comenzé a sentir las miradas de desaprobación de todos.


Al cabo de muchos decibles tuvimos que irnos. Y por qué gritaba tanto? pues ya tenia sueño, estaba cansado y aburrido en una fiesta de grandes. Todavía no sabe hablar para expresar con palabras lo que siente y sabe que causa un efecto al gritar tanto. También grita cuando no sabe cómo resolver algo, como alzar con sus dos manos el banco que está empujando cuando hay un tope o algo que le estorbe en su camino. Yo pienso que él en algún momento va a entender la manera de resolver problemas y tendrá el habla, el idioma, las palabras para hacerse entender pero ya sin gritos.

Aunque sé que a los demás les puede caer mal un niño que grita y que puede ser etiquetado de berrinchudo, consentido, atrasado o lo que sea, la verdad es que a mí no me preocupan mucho las miradas de desagrado de los demás. Sé que es una etapa. Y la asumo como tal. Yo ni lo regaño, ni lo amenazo, ni lo nalgueo, ni le grito, ni lo trato de hacer comportarse bien, como quizá los demás, quisieran que hiciera para controlarlo y evitar esos episodios.

Lo que sí me hizo pensar es en que, su fiesta de segundo cumpleaños, deberá ser quizá más pequeña e íntima de lo que me estaba imaginando, y aunque haya en su mayoría adultos, tratar de hacer que él, el festejado se la pase bien, divertido, con actividades que le hagan pasar un día especial y no uno en el que se la pase a disgusto rodeado de gente, cosas y música que no le agraden. En fin, ya veremos cómo festejaremos...

domingo, 17 de julio de 2011

Horario de madre trabajadora

Cuando me invitaron a trabajar en el proyecto en el que estoy hasta octubre, logré negociar mi horario, para que fuera de corrido de 9:00 a 16:00 horas y no de 9:00 a 18:00 con una hora para comer. La amiga que me invitó, que es la coordinadora accedió y me dió ese beneficio para que yo pudiera tener el resto de la tarde libre para Octavio. Después me enteré de que por lo menos otras tres compañeras son mamás de niñas pequeñas (de 5 y 3 años y otra de 4 meses) y todas tienen que cumplir el horario completo. Me da un poco de pena, porque siento que en todo caso, ese beneficio de un horario ajustado para que las mamás trabajen medio tiempo para poder atender a sus hijos, lo deberían tener todas y así en todos los trabajos. Las compañeras con las niñas más grandecitas las llevan un rato por la tarde a la oficina,cuando regresan de recogerlas de las guarderías, y se quedan con ellas hasta la hora de la salida. Aunque no es su ambiente, los niños de esa edad se entretienen dibujando, jugando o viendo peliculas en la computadora y es más o menos fácil que estén tranquilos mientras su mami termina su trabajo.


Sin embargo casi toda la semana pasada, todos tuvimos que salir a deshoras. Yo salí unos días a las 5 otros a las 6, el día que más tarde salí fue a las 9 p.m. y eso porque les dije que no podía dejar tanto tiempo a mi hijo. A mí no me hace nada feliz salir tarde. Aunque sé que Octavio está muy bien cuidado y contento en casa de su abuela. Pero nunca me había separado de él así por tantas horas. Las otras mamás, incluída la de la bebita de 4 meses, se tuvieron que quedar hasta las 10,11 o incluso hasta la madrugada. Todo fue por un bache administrativo en el que todo el personal tenía que colaborar con mucho papeleo, llenado de formatos, etc, para que la empresa que nos contrató agilice el pago de todos.


Yo, lo que creo es que, aparte de la desorganización (porque las horas productivas son por la mañana y, como en mi caso, a veces me quedo sin carga de trabajo durante muchas horas, en las que siento que no se aprovecha el potencial laboral de la gente), la mayoría de las personas que están trabajando ahí, son recién egresados de sus carreras, solteros, sin hijos y sin más compromisos así que no sienten que sea demasiado sacrificio estarse ahí las horas, hasta la madrugada. Creo que falta comprensión para las madres trabajadoras, éllas, nosotras, todas, deberíamos tener beneficios laborales para que no tengamos que separarnos de nuestros hijos y restarles de nuestro tiempo a ellos, que nos necesitan tanto.


Yo acepté regresar a un trabajo de oficina por dinero, la verdad, porque estamos atravesando una etapa bastante dificil donde un sólo sueldo no es suficiente ya ni para algunas cosas básicas como la mensualidad de la casa. Creo que lo que gane estos 4 meses será de mucha ayuda para resolver varios pagos. Así que espero que todo este sacrificio sea de verdad, para que podamos sentirnos más tranquilos. Pero estando en un tipo de trabajo así, me confirmo que tenemos (el papá de Octavio y yo) que creer en nosotros mismos, en nuestro potencial, para que podamos ganar dinero con lo que sabemos hacer pero con libertad y priorizando el tiempo para nuestro hijo. Ser nuestros propios jefes. Ejemplos hay muchos de que sí se puede, sólo es cosa de deshacerse de la desidia y capitalizar para aterrizar y concretar todas nuestras ideas.


Espero que la semana que comienza sea productiva, organizada, ILUMINADA y satisfactoria en el trabajo, para tod@s.

lunes, 11 de julio de 2011

El jardín del gigante

"Una mañana, el Gigante estaba en la cama todavía cuando oyó que una música muy hermosa llegaba desde afuera. Sonaba tan dulce en sus oídos, que pensó que tenía que ser el rey de los elfos que pasaba por allí. En realidad, era sólo un jilguerito que estaba cantando frente a su ventana, pero hacía tanto tiempo que el Gigante no escuchaba cantar ni un pájaro en su jardín, que le pareció escuchar la música más bella del mundo..."

El gigante egoísta
Óscar Wilde





Casi todos los viernes visitamos al abuelo Dante.

Dante es mi papá y es sobreviviente de un infarto al corazón y de enfermedad vascular cerebral, por lo que desde hace casi 7 años no se mueve independientemente, sólo utiliza el lado derecho de su cuerpo. Dante estuvo muy muy grave. Pensamos que no sobreviviría y que si lo lograba sería en muy malas condiciones. Por fortuna, está muy bien. Su capacidad cerebral y mental es muy buena, aunque tiene episodios de desconexión, a veces con cosas del pasado, o a veces piensa que sigue activo y que se tiene que arreglar para irse a trabajar.

Cuando Dante enfermó aún no se quería jubilar de su trabajo en la universidad. Dedicó todos sus años con pasión a las bibliotecas, de las que fue director. Trabajaba, creo yo, en exceso. Como sea, siempre pensó que cuando se jubilara podría leerse todos los libros de su biblioteca personal (El jardín del gigante), escribir un blog con sus reflexiones sobre libros y bibliotecas e ir a recoger a sus nietas a la escuela. Pero se enfermó y me apena mucho, muchísimo que no haya podido hacer nada de lo que planeaba.

Dante disfruta mucho de nuestras visitas. Le gusta mucho que yo sea mamá y que Octavio sea tan ocurrente y simpático. Octavio parece entender que el abuelo tiene esa condición y lo asume con toda naturalidad. Lo ve y le gusta pedirle del bocado que esté comiendo. No le da besos pero le da tope, como una cabrita amorosa. Además, Octavio, con su continuo gusto por empujar, intenta por todos los medios de hacer que la silla de ruedas del abuelo avance. Con gusto lo sacaría a pasear a la calle.

Octavio tiene un abuelo materno muy interesante, inteligente y amoroso. Dante dice que quiere que Octavio ya sea más grande para platicar con él sobre la filosofía de la vida. Tienen mucho que decirse. Esperemos que haya mucho tiempo para que se sigan disfrutando y amando. Que el sueño de Dante se cumpla, quizá un día, pueda leer todos los libros de su biblioteca personal acompañado de su querido nieto... que el gigante le comparta de su jardín a su pequeño niño favorito.

sábado, 2 de julio de 2011

Tengo

... Dos semanas de nueva rutina, nuevo trabajo, nuevos compañeros

... Un hijito que me ve con ojos de amor y que me grita chichi en vez de mamá cuando regreso del trabajo

... Una tos de perro y una gripa fuertísima que me contagió Octavio

... Una casa patas parriba

... Un cerro de ropa por lavar

... Más ojeras y cansancio

... Un nene que los últimos días come muy poquitito

... Un compañero sobresaturado de trabajo, estrés y preocupaciones

... Una mamá amorosísima, super solidaria y nuestro gran apoyo familiar más que nunca

... Varios libros mojados porque entró la lluvia por la ventana

... El enchufe de la cocina a punto de hacer corto circuito

... Un piso que grita por una trapeada a conciencia

... Una lombricomposta olvidada en el techo de la casa

... Más canas que pintar

... Pagos atrasados

... Una cubierta de pañal recién terminada que me hace sentir muy orgullosa

... Zapatitos nuevos para el pequeñin

... Un bebé que duerme de corrido desde la tarde hasta el día siguiente

... Ganas locas de ir al cine y echar novio

... Un blog un poco olvidado

Pero aquí seguimos... tratando de encontrarle el hilo a esta etapa de nuestra vida, que nos debe traer cosas buenas para todos... y cuando encuentre la calma y el equilibrio, regresaré con más frecuencia a este espacio que sé que siempre será mi refugio...