lunes, 14 de septiembre de 2009

Plural


El viernes me caí. Por fortuna no pasó nada, mas que un susto tremendo porque estaba sola. Me resbalé en el baño o más bien, me quise bañar sentada y la silla estaba muy endeble y se cayó conmigo encima. La misma silla amortiguó el sentón pero mi cabeza golpeó contra la pared. Nada grave pero me asusté mucho. Pensé mil cosas, pero sobre todo me dió miedo que el golpe hubiera sido muy fuerte y que empezara a ver borroso o más borroso de lo normal, ya que soy miope, como preámbulo a algún desmayo. Pero no. No me desmayé, no ví borroso, no tuve hemorragias de ningún tipo. No supe cómo me levanté, me revisé, me toqué el chichón que se me empezaba a formar. De hecho, en ese momento me asusté tanto que ni me dolió. Me terminé de bañar muy rápido, me vestí y con rapidéz me fui a buscar a mi mamá, para contarle.


Ella me tranquilizó y de inmediato me escuchó el latido del bebé. Todo estaba bien. Se mueve normalmente y su corazón late muy bien. A estas alturas, está muy bien protegido por su saco amniótico que lo amortigua y protege de cualquier golpe. Me puse hielo en la cabeza y estuve en la casa materna en reposo, consentida y tratando de estar ya más tranquila.


Toda la vida he pensado en mí misma. Soy responsable de mí y de lo que me pase. Esta vez pensé y sentí en plural. Porque ahora soy responsable, además, de esta vida chiquita que está dentro de mí. Somos dos. Tengo que cuidarnos. Y me dió mucho miedo que por mi descuido le pasara algo a él.


A Israel le pude contar lo que pasó hasta la noche, que hablamos por teléfono. Se preocupó, pero le dije que no fue mas que un susto. Cuando regresó de Veracruz, de madrugada, me dijo que no había podido dejar de pensar en lo que le conté que pasó. Y me dijo algo muy bonito, que tampoco había escuchado nunca de su boca. Después de pedirme que esté muy atenta, que me cuide, que extreme precauciones, habló en plural... Por primera vez, me dijo "LOS QUIERO"...


El hombre duro, preocupado, serio, estresado por su nueva condición de responsabilidad que se acerca cada vez más... el enamorado que me dice todo el tiempo que me ama más de lo que yo a él... el que me da besos de panza y que tiene miedo de que lo deje de querer cuando llegue el bebé... el que no quiere volverse un cursi cuando sea papá... el que no me acompaña a los ultrasonidos ni a los ejercicios como otros papás... él, me dijo esa madrugada, esa frase auténtica, sentida, única que no voy a olvidar en mucho tiempo... NOS QUIERE...


Así que me dormí, con la cabeza aún adolorida, pero ya tranquila, sintiendo toda la actividad de la cría que me reconforta porque me hace saber que está bien y, sobre todo, me dormí contenta porque sé que va a tener un papá que lo quiere desde ya... y estoy segura que se enamorará de él cuando ya lo tengamos en casa...


El maestro Barrón será un buen papá. Se desvela moviendo cosas de un lado a otro. Está construyendo el nido de nuestra cría.


Yo también... LOS QUIERO a los dos!!!

domingo, 6 de septiembre de 2009

El Cría's Soundtrack

Si bien no sé si haya una base científica que diga que la música clásica, en especial Mozart, les es muy benéfica a los bebés, incluso desde antes de nacer, yo sí me pongo música en la panza desde el quinto mes y sí veo un efecto relajante en mí y en la cría, porque se mueve más. Tal vez esto caiga en el mito urbano, de que los hace más inteligentes y cosas por el estilo. Lo que sí creo es que estar expuestos a la música, hace a los niños, por lo menos, personas más sensibles. En mi infancia siempre tuve música de fondo, no sólo todos los maestros de la música clásica, si no de todo, desde ópera a Chavela Vargas, María Dolores Pradera, Kiss, Pink Floyd, Silvio, Pablo, Los Beatles, Los Credeance, Chava Flores y un muy largo y ecléctico etcétera. De tal modo que ahora, disfruto mucho de toda la música, excepto del regeaton que me cae bastante mal.



Este es el Cría's Soundtrack, algunas selecciones que vienen en los discos de estimulación para bebés y algunas otras piezas que a mí me gustan, sobre todo de música de películas.




Y Mozart





Y más Mozart




No sé si lo hará más inteligente, pero es música que me gusta, me ayuda a dormir y si no le hace bien a la cría, pues no le hace ningún mal... ;D

Semanas 26 a 29: El IMSS vs. la atención particular

Del 13 de agosto al 8 de septiembre: Hace tres semanas me hicieron un ultrasonido en el IMSS. Llegué y en la puerta había un letrero que decía NO TOQUE, ESPERE QUE LE LLAMEN. De inmediato pensé "¿y yo cómo voy a a saber que el doctor está adentro o él cómo va a saber que tiene alguien esperándolo afuera?... Pero en las instituciones, especialmente el IMSS, no hay más que hacer lo que te dicen para que no te ladren. Así que, junto con mi mamá, nos sentamos a esperar, pensando que serían horas, como también es la "tradición" de ahí. Yo ya hasta estaba visualizando dónde había un enchufe para conectar mi computadora y aprovechar las horas avanzando mis trabajos...

Pero, increíblemente la puerta se abrió muy pronto. El doctor me pidió la hoja de solicitud de mi médico familiar y mi carnet, y nos hizo pasar sin tener que esperar nada. Me sorprendió la atención y el ambiente de ese consultorio. Tenía puesta música "clásica", creo que algún concierto de Mozart. Y él muy amablemente nos explicó en la pantalla todas las pautas que tenía que revisar que indicaran el desarrollo normal del bebé. La cabeza, que por cierto es muy bonita, redonda redonda como la del muñeco que Israel ha pintado en varios cuadros. También midió los huesos de las piernas y brazos, nos enseñó que abría y cerraba la boca y cómo se movía. Además nos confirmó su sexo. Es niño. Además, por el tamaño nos dijo que tiene 3 semanas más de las que tiene. O sea, para él, ya estoy en algo así como la semana 32!!! O sea más de 7 meses!!!
Salí de ahí, contenta por la atención, emocionada por ver al niño moverse y desarrollarse bien. También algo sorprendida por ese dato, que significaría entonces que ¿nacerá antes de lo previsto?

Esta semana tuve mi cita con el médico familiar quien revisaría el resultado del ultrasonido. Y nada raro, ese doctor, nunca, nunca voltea a verme a la cara. Yo siempre lo saludo. Él nunca me contesta. Se limita a anotar y pelearse con la computadora. Me pide mi nombre, me pide la tarjeta, me toma la presión, me pesa, es la segunda vez que me mide la panza y si yo no le hago algunas preguntas él no me hablaría ni una palabra durante los 10 minutos que dura la consulta. Después anota la receta, que se limita al ácido fólico y sulfato ferroso. Le pregunté si no me daría calcio y me dijo que no, que no se lo dan a las embarazadas porque con su alimentación deben cubrir los requerimientos de calcio. Le pregunté también respecto a esa edad gestacional que salió en el ultrasonido y me dijo algo así como "no importa, el bebé cuando quiera nacer, va a nacer"... Y dice: que le vaya bien. Nos vemos en un mes. Y ya!

Así son las citas de control del embarazo en el IMSS. Aparte, voy a la farmacia a surtir la receta, ¡¡¡y no hay ácido fólico!!!. Sin voltearme a ver, me dice la mujer que me atendió, que regrese miércoles o jueves de la próxima semana a ver si ya hay.

Creo que todo es pseudoatención, todo entra en las estadísticas de que se atiende a "tantas" embarazadas en los programas institucionales... pero yo creo porque lo he visto, que "hacen que hacen", "hacen que atienden" "hacen que recetan", etc. El filtro de las unidades de medicina familiar son el tamiz para no dejar que sean los especialistas los que atiendan, realmente atiendan a los pacientes.

De los especialistas del IMSS no tengo queja, o bueno, tengo menos quejas. En enero de este año me hicieron una cirugía de la nariz, ya que tenía el tabique desviado lo cual me daba problemas en los oídos y obvio, no podía respirar bien. Y desde la apariencia del médico, pulcro, limpio, con la bata brillante, blanquísima, muy joven y además, muuuuuuuuy guapo ;D. Toda la atención con él era como si lo estuviera viendo de manera particular, ni parecía cita del IMSS. La cirugía salió muy bien y le estoy muy agradecida al doctorcito guapo por su labor. Nada que ver con el médico familiar. Vaya, que por su apariencia ni siquiera parece médico. Y no entiendo, porqué se vuelven tan insensibles, tan desatentos y chambones... ¿será consigna?... Tenemos el servico porque pagamos por él en los impuestos, pero dónde queda la calidad de la atención...

Con mi ginecóloga particular es también todo lo contrario. En su consultorio hay que hacer muchas horas de antesala porque atiende según vayan llegando las pacientes, y porque se tarda lo necesario en la revisión con cada una. Al principio es raro, porque no parece un consultorio, parece que atiende en una casa, lo cual manda el mensaje subliminal de que estás en un lugar cálido, como el hogar y no en un frío consultorio. También tiene tantas pacientes que atiende a varias a la vez, en cada uno de los "cuartos" del consultorio. Esto puede parecer raro o molesto al principio, pero, para mí me parece que sientes la calidad de su atención, sientes calidez, sensibilidad, comprensión y hasta amistad con la doctora. El control con ella es muy puntual, siempre va un paso más adelante en cuestiones preventivas lo cual debería ser así en las instituciones. Lo malo, es que hay que gastar (invertir) mucho dinero entre medicinas, consultas y examenes de laboratorio.

En fin, que me atiendo en ambos lados. Entre el IMSS y la atención particular, busco un punto medio, tampoco tengo el dinero suficiente para pensar en toda la atención de mi embarazo y el parto en uno particular. Si quisiera que mi hijo nazca en agua y que sea recibido por un delfín, sería un niño que tendría una mamá y papá tuertos... jajaja! Por eso quiero un parto normal y le apuesto al Hospital de Ginecología de la UV, que creo que sería el buscado punto medio, donde además, mi mamá, que trabajó tantos años en la "mater" todavía tiene alguna posibilidad de poder entrar, acompañarme y cuidarme durante el parto, como lo hizo cuando nacieron mis dos sobrinas.

Me están entrando los nervios... falta menos cada vez...