Tratando de encontrarle el orden a las cosas guardadas por mucho tiempo, encontré en una caja de mi época de la facultad, llena de hojas para reciclar, una descripción de mí misma que hice como ejercicio para resolver un cartel personal. Me sorprendió mucho que en esa época, tal vez por ser más joven, me conocía perfectamente o en mi descripción parecía estar mucho más segura de quién era yo misma.
Ésta es:
Mi padre escogió mi nombre porque le gustó su eufonía. El significado real no lo sabemos, pero es el nombre de una ciudad oriental, lo que explica tal vez mi gusto por las culturas no occidentales.
Nací el 6 de enero de 1974. Soy la hija menor de mis padres –enfermera y bibliotecario-, de quienes he aprendido la importancia de amar la actividad a la que dedicas tu vida.
Heredé el carácter fuerte y explosivo de mi papá, me gusta analizar, discutir y dar mi punto de vista de las cosas que me interesan. No me gusta quedarme callada cuando hay algo en lo que no estoy de acuerdo, lo que a veces me ha traído algunos problemas. Siempre lucho porque las cosas sean justas, por lo que me dicen rebelde o arisca. Odio la intolerancia y el trato despectivo hacia lo diferente.
La primera impresión que doy a los demás, por mi apariencia y mi manera de hablar, es la de estar enojada. Más bien soy seria y un poco tímida, me cuesta trabajo entrar en confianza con la gente, pero cuando llego a conocer bien a alguien, puedo mostrar ese otro lado mío: soy sensible, delicada y comprensiva.
Siempre he sido buena estudiante y aunque mucho tiempo estuve indecisa sobre qué rumbo seguir, encontré en las artes plásticas y el diseño, un mundo sensible en el cuál desarrollarme, por lo que no me veo estudiando contabilidad, derecho o medicina. Le tengo especial afecto a la pintura y el arte objeto. Me gusta colectar objetos que pueden adquirir un significado especial al reunirlos dentro de un espacio distinto a su original contexto: pequeños universos. Así, como una caja con un mundo por revelar en su interior, más allá del cascarón externo, soy yo.
Me causa gran interés el conocer las formas de vida de la tierra, sobre todo del mundo animal. En algún lado leí que para que los humanos no nos priváramos del privilegio del placer de acariciar a los tigres, Dios (yo creo que la sabia naturaleza), creó a los gatos. Yo los admiro por su elegancia y la enigmática mirada con la que salen a explorar la noche. Además, me gusta el sonido arrullador de su ronroneo, indicativo de que están contentos. Si tuviera que volver a nacer como un ser vivo de otra especie, escogería ser un gato.
Me gustan los colores ocres, pardos y sepias: los tonos del otoño. Mi color de piel es moreno, mi cabello es oscuro, lacio y medianamente largo. Para mí, el físico no es más que la parte superficial de las personas, por lo que siempre busco la esencia, lo más valioso. Adentro de mí espero la misma actitud de los demás para conmigo: quiero ser valorada por lo que realmente soy y no por lo que tengo o por lo que aparento.
Soy soltera, soy estudiante, tengo por pasatiempo favorito el cine, leer, escribir, salir al campo y viajar. Soy seria, tímida, introvertida, reservada, responsable, explosiva, enojona, respetuosa, sentida, amigable, ordenada, tranquila, sincera. Mis colores favoritos son el verde, el café, azul marino, sepia y marrón.
En general, sigo siendo la misma, aunque he cambiado con el paso de los años. Creo que ahora soy menos radical y más tolerante. Ahora soy más alivianada y más sociable, estoy muy consciente de los giros de la vida, por lo que trato de vivirla tranquila y contenta. Pienso más en la demás gente y no sólo en mi misma. Trato de ser minimalista. Ahora creo que sólo debemos de tener las cosas que realmente necesitamos y consumir menos. Sigo soltera pero vivo con el hombre que lejos de ser perfecto, es mi mejor amigo, mi compañero y es además, con que estoy viviendo esa gran experiencia que me faltaba vivir, la de ser mamá. Desde que estudiaba pensaba en salir a conocer el mundo, lo que he hecho algunas veces y quiero seguir haciéndolo pero ahora con nuestro hijo. Yo, que creía conocerme, me dí cuenta de que era aún más cosas, que sólo he conocido al ser mamá. Se me agudizó el oído y el sexto sentido, soy capaz de sentir y adivinar lo que mi hijo quiere y necesita. Sé entender el lenguaje corporal de Israel y Octavio. Me cuesta trabajo ser ama de casa, porque en mi querer ser insumisa, nunca aprendí a serlo, pero ya no estoy peleada con la idea de que podemos hacer equipo, como pareja, para llevar adelante la casa y atendernos mutuamente. Sigo conociéndome, cada día me sorprendo sintiendo, haciendo y queriendo aprender nuevas cosas. Los problemas del dinero me preocupan mucho pero soy consciente de que tengo la capacidad para traerlo a la casa. Trabajé diez años para la institución de la cultura de Veracruz, tengo mucha experiencia como diseñadora y, con el apoyo de mi compañero, me decidí a soltar la comodidad de un trabajo remunerado por uno libre, desde casa, siendo dueña de mi tiempo y para crecer profesionalmente y ser feliz, haciendo y viviendo de lo que me gusta hacer, claro, con el soporte, sustento de mi pareja lo que hasta ahora me ha permitido estar de tiempo completo con Octavio y trabajar a mi ritmo.
Ahora siento más empatía por las mujeres, todas, pero especialmente las que son mamás, la mía propia, mis tías, mis primas, mis amigas. Ahora me atraen mucho los niños. Ahora quiero aprender a hacerle prendas a mi niño, coserle un babero, tejerle un gorro, etc… Tengo sentimientos y quiero hacer cosas que antes ni siquiera me pasaban por la cabeza, hasta ahora que soy mamá.
He cambiado, sí, pero mi esencia es la misma, sólo que ahora me siento corregida y aumentada. Antes era una mujer completa, ahora lo sigo siendo con el plus de que le di la vida a alguien más, lo que me hace, hoy, una mujer satisfecha y en autoaprendizaje continuo.
Yarim, gracias por tu hermoso texto, me gusta mucho como expresas las cosas y estoy de acuerdo en que ser mamá es una experiencia única que nos hace crecer de modos sorprendentes, hacer un viaje al interior, innovar y poner en marcha toda nuestra energía creativa para balancear la sagrada tarea de criar un hijo, la de vivir en pareja y la de nutrirnos como mujeres y seres integrales.
ResponderEliminarUn abrazo, los mejores deseos, bendiciones para tí y tu familia y me encantaría ver más de tu arte, se puede?
Yarim desde q te leo queria preguntar q significa tu nombre,ahora ya lo se =)
ResponderEliminarSi al ser mamàs nos renovamos por completo y surgen nuevos gustos o ganas de aprender cosas nuevas,no se si las ganas de coser o tejer algo para alguien a quien amas profundamente sean parte del instinto materno,pero creo q a muchas nos pasa =)animate veraz q te saldran cosas muy lindas,aparte como diseñadora tienes mas imaginaciòn y creatividad mas desarrollada =)
ME gusta mucho saber que comparto estas reflexiones con mujeres que han vivido las mismas experiencias y los mismos sentimientos. Así que muchas gracias chicas, por leerme y por que puedo leerlas, que aunque tiene poco tiempo, siento que las coincidencias nos acercan.
ResponderEliminarSí seguramente lo haré, estoy buscando donde puedo aprender a coser y tejer, ya les enseñaré mis creaciones, jajaja!
Vanyvalu pondré un boton de mis trabajos que tengo en FLickr pero esta es la liga, visitalo!!!:
http://www.flickr.com/people/dgyarim/