domingo, 27 de febrero de 2011

Nunca te vayas sin decir te quiero...

... porque de un momento a otro la vida se acaba, así sin avisar, y todo se queda, y la gente que amamos y nos ama se queda con la sensación de que no aprovechamos el tiempo, en vida, para estar juntos, acompañarnos, convivir, decirnos cuánto nos necesitamos....

Esta semana, murieron con un día de diferencia, un primo de Israel y un tío muy querido mío, el hermano menor de mi papá... así, nada más, sin tiempo de nada. Ambos viajamos a despedirlos, Israel al Estado de México y Octavio y yo a Orizaba. Mi tío fue quien acompañó a mi mamá durante su trabajo de parto, cuando yo iba a nacer, ya que Dante, mi papá, estaba fuera...

Qué triste es reencontrar a la familia en esas circunstancias..., por qué no nos reunimos antes, en una fiesta, en un cumpleaños o con cualquier pretexto, por qué esperar a vernos en un funeral...

En fin, el tiempo no vuelve, así que aprovechemos cada día, amando, abrazando, diciéndonos y demostrándonos cuánto nos queremos.... después no hay regreso...

Por supuesto, a cuidar nuestra salud.

Hasta luego tío César, te extrañaremos...

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