Los episodios de berrinches de Octavio, me dieron pie a una gran reflexión, una introspección para entender(me) (nos) ya que sin duda, esos difíciles días los berrinches no eran sólo de Octavio si no de sus papás, siendo este, quizá el principal motivo para que el chiquitín reaccionara ante una actitud negativa de los adultos de la casa.
Esos días, una nube gris, de desánimo y desesperación, estaba encima de nuestra casa. Proyectos que se vinieron abajo; dinero insuficiente para cubrir los gastos; la falta de un espacio adecuado para trabajar (estudio o taller) para la producción de las ilustraciones; arreglos imprevistos de la casa que no podían dejar de atenderse; y de nuevo, el dinero, que no es suficiente...
Todo eso hizo que estuviéramos en un juego de malascaras, maloshumores, voces fuertes y un ambiente negativo. Es lógico que Octavio lo percibió y coincidió (o más bién reaccionó) con sus dias de berrinches. Lo que nos tomó por sorpresa, puesto que él, nunca había sido un bebé "malportado". Y de pronto, ya los tres andábamos incómodos, inconformes y enojados con los tres.
Sin embargo, tenía que llegar la cordura, y la claridad para poder tomar decisiones que nos ayudaran a que volviera la calma a casa. Decidimos que, Octavio necesita toda la atención de su mamá, en casa, por lo que, aunque suene tentador llevarlo a la guardería para que yo me ponga a trabajar, por lo pronto queremos que sus primeros años los pase en casa, con nosotros, ya que más que socializar con otros niños, necesita del amor, atención y convivencia personalizados de su mamá. La recámara que antes fue mi estudio y que será la de Octavio cuando deje de dormir en la cama familiar, la readaptaremos ahora como el espacio de trabajo de Israel, donde mientras esté pintando, no podremos tener acceso.
Decidimos también que yo me dedicaré, y de mil amores, a la crianza del chiquitín, así que dejaré de sentirme presionada y con el remordimiento de que debería estar con las energías y la cabeza buscando un trabajo fijo para que entre más dinero a la casa. De eso hablaré en otro momento. Por lo pronto, me sigo con proyectos de diseño freelance que me permitan tener la libertad para que Octavio siga siendo mi prioridad. El papá de Octavio, entonces será quien pueda trabajar concentrado, con la tranquilidad de que el chiquitín está siendo cuidado y atendido por mí, avanzando en su trabajo como ilustrador y ambos dándonos espacio para llevar adelante nuestro proyecto de trabajo común. Así, organizados, podemos aprovechar las horas y nos queda tiempo del día para jugar y desestresarnos los 3. Es un poco la fórmula tradicional, de la familia donde la mamá se encarga de la crianza y de la casa, y el papá, es quien trabaja y es el proveedor, lo que no quiere decir que se desentienda de su hijo. Por lo pronto, decidimos que esa es la fórmula que nos funciona.
Después de leer, pensar, analizar qué es lo que nos estaba pasando en esos días pesimistas y en nuestra vida como papás, llegué a las siguientes conclusiones:
1. Que Octavio ha crecido, dejó de ser el bebecito tranquilo, silencioso y dormilón de sus primeros meses. Es normal que ahora, a sus 15 meses, como un niño sano, el chiquitín reclame, exija, grite, etc., porque simplemente está dando muestras de su determinación y carácter. Él mismo está conociéndose y conociendo hasta dónde puede llegar. Eso para nada quiere decir que se esté volviendo un niño "malcriado", como yo, en mi ignorancia y desinformación, llegué a sentir y que expresé aquí.
2. Que la falta de paciencia y nuestra reacción intolerante ante esos episodios fueron, sobre todo, una falta de respeto y comprensión hacia nuestro niño. Es imposible que él se adapte o se comporte de la manera que los adultos queremos que sean los niños, unos adultitos chiquitos que entiendan que deben portarse bien, que no deben molestar a sus papás con gritos, berrinches y quitándoles el tiempo.
NO! Octavio es un niño que exige, porque lo merece, nuestro respeto, nuestro tiempo, nuestra atención.
Eso es la crianza con respeto.
3. Que somos nosotros quienes debemos adaptarnos a el ritmo y necesidades de Octavio y no al revés. O por lo menos yo, como su mamá, al asimilar que en el tiempo que estoy con él no puedo estar con la cabeza y las manos en otro lado, tratando de aprovechar más el tiempo, si no que, ese tiempo en el que no hago nada más que estar con él, no es una pérdida, es una inversión, en la felicidad y disfrute mutuo (mamá - hijo) de sus primeros años, que nunca más se repetirán.
En estos días me siento en armonía, por fin, con tranquilidad, porque acepté mi realidad y condición: soy una mamá dedicada a criar con amor a su hijo, que no trabaja en una oficina ni gana dinero (como de pronto, todos esperan), pero que trabaja en construír un entorno y un futuro digno para él. Y con nuestra nueva organización y equilibrio, tenemos sonrisas, diálogos, buenos momentos, nuevos planes y ánimos para continuar nuestra vida juntos con nuestro niño que crece y crece.
Yarim, qué gusto me da leerte, porque te leo tranquila y porque más allá de cualquier decisión que ustedes como familia tomen, lo importante para mí es que sea con el corazón y con amor por delante.
ResponderEliminarles deseo lo mejor, besitos a Octavio bello y un abrazote para tí, deseándote que disfrutes mucho y te sientas siempre libre para cambiar lo que haga falta, porque con los hijos, así es, cambios, cambios, crecimiento, flexibilidad, paciencia y mucho amor.
Cómo nos ponen a profundizar verdad?
¡Qué bonito y qué valiente! Es admirable la manera cómo han hecho todo, como han aprendido (y nos han enseñado) a lo largo del proceso y cómo se han adaptado en pos de la armonía, la tranquilidad y el amor de todos. Siempre he dicho que Octavio tiene unos papás maravillosos. Sigo pensándolo, convencida de que todos estos aprendizajes y procesos los fortalecen como familia y los llena de esperanza y amor.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Bravo, eres mi ídola, me recuerdo con Itzcóatl a esa edad, un parteaguas. Valor, tienes toda la razón.
ResponderEliminarahhh que bonita entrada, que hermosura de MUJER, que hermosura de MADRE, que hermosura de FAMILIA... ahhhh como te dije en otro post, que Sabia Yarim!
ResponderEliminarbendiciOnes Amiga
Esto que ha sucedido en tu hogar sucedio en mi casa tambien, hubo una temporada que todos estabamos irritables y luego de sentarnos a reflexionar tambien llegamos a la conclusion que las nenas reaccionaban asi debido a que percibian en el ambiente nuestra frustracion y preocupacion por los problemas. Que bien que uds lograron llegar a esa conclusion y tomar los ajustes necesarios. Retomo tu post para reflexionar de nuevo y ajustar un poco mas nuestras rutinas. Muchas gracias por compartir tus experiencias.
ResponderEliminarGracias por sus palabras, amigas... sin duda parte del aprendizaje ha sido al leer sus experiencias y consejos... así que siempre celebro haberlas encontrado...
ResponderEliminarGracias de corazón