Siempre,
llega el enanito
con sus herramientas
de aflojar los odios
y apretar amores
Silvio Rodríguez
Octavio cumplió ayer 15 meses... y claro, siempre me entran las dudas y los temores. Lo que ronda actualmente por mi cabeza es cuándo irá a caminar solito. Siempre veo y -mal hecho- comparo a los demás bebés de su edad o más pequeños que ya caminan y corren muy seguros solos, sin agarrar la mano de su mamá o papá, dándoles seguridad. Y, aunque a veces sienta que Octavio va más lento que los demás, la verdad no tengo prisa para que ya lo haga, porque sé que cada niño es diferente y tiene su propio ritmo, ya sea para caminar, hablar, dejar el pañal, etc.
Por lo pronto, le encanta caminar empujando sillas, bancos, mesitas, cajas y todo lo que le sirva de apoyo para desplazarse por los espacios de nuestra casa y las de los abuelos. Un buen día se bajó de la andadera, gateó, se topó con un banquito amarillo, observó que lo podía empujar y que al empujarlo podía avanzar con él. De ahí lo fue perfeccionando, hasta empujarlo, dirigirlo, orientarse, regresarse, etc. A Octavio le gustan los retos. Antes iba su mamá detrás de él, cuidando que no se cayera para atrás y se golpeara la cabeza, sosteniéndole suavemente el banco. Él se enojaba y me quitaba la mano, como diciéndome "quita tu mano, mamá, yo puedo solo". Ahora lo hace solo y yo lo cuido de lejos.
Un día se encontró otro banquito igual y empezó a empujar los dos juntos, así que le va añadiendo grados de dificultad a su medio de locomoción. Cuando se dió cuenta de que había más cosas para empujar, le díó por empujar su silla alta, la periquera donde come, que es de madera y pesa. Por suerte el vecino del piso de abajo no está por las mañanas, si no, con justa razón nos reclamaría por el ruido del arrastre de la silla en su techo. En los parques, cuando ve a los niños en las carriolas o cochechitos, se les acerca para empujarlos.
Hoy empujó una silla del comedor de la casa de la abuela, de madera rústica y muy pesada, y no se dió por vencido, aunque yo le ayudé, pero es obstinado... insisto, le gustan los retos...
A Octavio le gusta subir y bajar escaleras, claro, por seguridad, agarrado de la mano de mamá, papá o sus abuelos. Siento lejano aún el momento en el que lo pueda hacer solo. En nuestra casa tenemos que poner una reja en el barandal de la escalera porque es muy insegura. Yo me he caído ya un par de veces ahí. Así que el abuelo paterno, que trabaja la madera, nos prometió hacer un par de rejitas, una para la escalera y otra para la cocina. Estamos tratando de hacer que los espacios sean más seguros, para nuestro pequeño que cada vez quiere llegar más lejos.
A sus quince meses y agarradito de nuestras manos, Octavio camina y crece...
...siempre va esta personita feliz trocando lo sucio en oro....
Octavio nuestro amado reparador de sueños...
Qué lindas noticias de Octavio. ;)
ResponderEliminarNo te preocupes que todo lo que cuentas demuestra que es un niño despierto y activo y que su desarrollo es normal. Como tú misma dices, cada niño tiene su ritmo. Octavio camina a su lado y es maravilloso que lo haga. Además, arrastrar cosas para ir andando solito es su manera de ir tanteando el terreno. Cada vez se sentirá más seguro y cuando menos lo pienses caminará. Entre otras cosas, no corren prisas: ¡tendrá toda la vida para hacerlo! Así que sigue disfrutando mucho a tu chiquito. ¡¡¡Quince meses ya son toda una vida!!!
Un abrazo,
A.