jueves, 31 de diciembre de 2009

Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas...

... cosas buenas... cosas muy bonitas...






¡Me convertí en mamá!











¡De un niñito muy hermoso!










¡A quien proteger del frío!











¡Amado por sus tíos!





¡La copia al carbón de su padre!







¡El corazoncito tirano que nos deja exhaustos!












¡Y con unos super brazos para abrazarlo!








¡Ah... Y una buena suegra!















miércoles, 30 de diciembre de 2009

Ser mamá


Continuación...


IV. Depresión

Sin duda los primeros días de la vida de un bebé y su mamá son muy críticos. Estuvimos tres días en el hospital. Ahí, recibíamos la ayuda de las enfermeras y estábamos monitoreados por los médicos. Mi mamá me acompañó todo el primer día. Como yo estaba muy molesta por la cesárea, muy adolorida y cansada, me costaba mucho movilizarme y además, mi presión seguía alterada, élla lo vistió y cambió; me enseñó a sostenerlo, a darle el pecho, además de que me ayudó a comer, a pararme, a bañarme, etc. También la mamá de Israel vino de Pachuca esa primera noche y ella relevó a mi mamá apoyándome en todo lo que necesitáramos el bebé y yo mientras estuviéramos hospitalizados. Me impresiona el papel tan solidario de las mujeres, más cuando es su hija y nuera, la que acaba de tener a su nieto. No tengo más que un gran agradecimiento hacia ellas dos y sin duda, ahora las valoro y admiro más, por ser grandes mujeres y madres.

A Israel lo vi hasta que nos dieron de alta. Estuvimos tres días, pero en el área de ginecología no pueden entrar hombres, ni aunque sean los papás de los bebés que nacen, lo que se me hace absurdo. Sólo habíamos estado hablando por teléfono pero tenía muchas ganas ya de estar con él. Necesitaba su apapacho no sólo el de las abuelas. Cuando por fin salimos y nos vimos no pude parar de llorar. En ese momento me cayó el veinte de que ahora éramos papás, que teníamos una gran responsabilidad por delante, que la pequeñita y recién llegada vida que tenía en mis manos, dependía absolutamente de nosotros y de que no había vuelta de hoja. El sentirme inexperta, temerosa, cansada, adolorida, hinchada y todavía con taquicardia por la hipertensión, y todo el desorden hormonal del embarazo y parto, provocó que me deprimiera profundamente. De verdad que veía todo como a través de un velo gris de desánimo, pese a que me hacía muy feliz haber tenido a mi hijo. No podía parar de llorar, de sentirme mal emocionalmente, de pensar en cosas negativas. Si no hubiera tenido el apoyo absoluto de mi mamá, de Israel y de su mamá, y claro, del resto de mi familia, todos esos primeros días no los hubiera podido sobrellevar sola.


Octavio alimentado en tequilero por sus abuelitas
Esa primera semana se me hizo interminable, larguísima, muy cansada. La depresión postparto la viví de verdad con el sentimiento de que nunca terminaría. Sin embargo, tenemos la capacidad de adaptación y de aprendizaje, y con un hijo, no queda más que afrontar todo. Con el paso de los días todo fue acomodándose en su lugar y, aunque seguimos en el proceso de adaptación a esta nueva vida como papás con todo lo que implica, ahora ya me siento mucho mejor y más optimista.

La experiencia de ser madre y de vernos reflejados en él, reconociendo expresiones y rasgos nuestros, hicieron que me diera cuenta de que sin duda, pese a que no es el hombre perfecto, Israel es la mejor elección que he podido hacer en la vida. Lo amo más que nunca porque juntos hicimos que nuestro hijo nos uniera aún más profundamente, siempre estaremos vinculados por él. Creamos algo juntos y me volví a enamorar de él. Todavía teníamos que hacer algo nuevo como pareja y fue Octavio, nuestro hijo. Es nuestro mejor trabajo en equipo.

Nuestro primer mes


V. ¡Un mes!

El 5 de diciembre Octavio cumplió su primer mes de vida y lo festejamos con mucho gusto porque también fue nuestro primer mes como papás. Todo es nuevo, todo es aprendizaje, todo es diferente, todo es adaptación y todo son ganas de que funcione bien nuestra vida y la de él. Aún estoy adolorida, pasada de peso, sigo sentimental, muy preocupona… pero feliz… realmente feliz…


El primer mes de Octavio lo festejamos todos

El 25 de noviembre de 2009...

...cuando cumplió 20 días de nacido, lo registramos. No, no fue José Guadalupe Yoda ni Israel Junior ni Dante ni Abel, como sus abuelos. Él es Octavio Barrón Gómez, ciudadano del mundo, nacido en Xalapa y con origenes en Pachuca...


Aunque es un nombre muy común y ya haya un Octavio en la familia Gómez; y aunque se preste a diminutivos chistosos (sus primas Nadia y Oriana le dicen Octi, y su abuela de Pachuca le diga Tavito), elegimos el nombre de Octavio en homenaje al poeta Octavio Paz, de quien admiramos su vida y obra. Además, porque es un nombre bonito y con carácter. Ojalá que le haga honor al nombre y que él, con su vida, lo haga especial, por ser en sí mismo, un individuo especial y único...



Con sus papás





Dos gotitas de agua





Orgullosos mamá y papá



lunes, 28 de diciembre de 2009

El Comienzo

“¿De dónde he venido?
¿De dónde me tomaste?”
Esto preguntó el bebé a la madre.
Ella respondió, un poco llorando, un poco riendo,
y apretando a su hijo contra el pecho:“Estabas escondido en mi corazón como un deseo, mi cielo.
Estabas en mis juegos infantiles de muñecas;
y luego con arcilla modelé la imagen de mi dios cada mañana,
te hice y te deshice en ese momento.
Estabas en el vientre de nuestra divinidad hogareña,
y al adorarla te adoraba a ti.
En mis esperanzas y amores,
en mi vida, y en la vida de mi madre has vivido tu.
En el cuenco espiritual de nuestro hogar fuiste cuidado por siglos.
Y cuando en mi juventud mi corazón abrió sus pétalos,
lo rondabas como una fragancia.
Tu ternura floreció en mi juvenil escencia,
como un resplandor en el cielo, como un amanecer.
El primogénito querido del cielo, mellizo de la luz de la mañana.
Has flotado por la corriente de la vida del mundo
y finalmente te quedaste en mi corazón.
Contemplo tu rostro y el misterio me invade;
tú que a todos pertences ahora eres mio.
Y por miedo a perderte te abrazo contra mi pecho.
¿Qué magia ha atrapado el tesoro del mundo en estas manos mias?


Rabindranath Tagore




Primerizos






Octavio



I. Hipertensión


Octavio está por cumplir dos meses. Nació el 5 de noviembre, casi quince días antes de lo previsto. Tuvo que nacer por cesárea ya que tuve un súbito aumento de mi presión arterial. Sin duda, su nacimiento será una experiencia inolvidable. Yo estaba mentalmente preparada para recibirlo en un parto natural, la cesárea no era una de las opciones que visualizaba como posibilidades. Es quizá por eso que me sentí tan triste y frustrada, al ver que, en la recta final de mi embarazo, mi presión arterial se disparó, lo que provocó que los médicos decidieran que era urgente la cirugía, por el bien de los dos.

Todo el embarazo estuve muy activa, llena de cosas que hacer. Buena parte del año, de febrero a septiembre estuve en un Seminario de la Incubadora de Empresas, donde aprendí a estructurar el proyecto de negocio del que Israel y yo queremos vivir. Después, de la mitad del año en adelante, por fortuna, se intensificó el trabajo de diseño que desarrollo de manera independiente. Claro, que con mi embarazo encima y mucho trabajo, me cansaba el triple y me costaba mucho terminarlo. Sin embargo, me preocupa mucho quedar mal, así que, con todo y el estrés y ansiedad por combinar trabajo y embarazo, traté de salir de todos mis pendientes.

Así llegó noviembre, donde esperaba tener por lo menos quince últimos días de relajación total, previos al parto. Me fui esos días a casa de mi mamá, para comer bien, estar monitoreada por mi mamá, dormir y prepararme para recibir al bebé. Todo eso, claro, lo haría cuando terminara los diseños pendientes. Pero no, no me dio tiempo. Nunca dejé de trabajar ni pude relajarme como quería. Al contrario, tal vez tanta actividad contribuyó a que me subiera la presión.
La tarde del 4 de noviembre fui a mi cita de control prenatal en el IMSS, donde el doctor me advirtió que estaba en el límite normal, pero que si me subía, tendría que irme a urgencias a que me controlaran allá. Yo sólo me sentía cansada y bastante estresada porque me urgía terminar el trabajo. Durante la noche mi mamá me estuvo monitoreando y fue que vimos que, en vez de bajar y estabilizarse, mi presión iba en aumento. Claro, eso me empezó a alarmar y mi mamá por supuesto que sabiendo lo grave que puede ser este problema en el embarazo, me dijo, que en la mañana nos iríamos temprano al Seguro, para que ellos me revisaran.

Nos fuimos pero yo pensaba que regresaríamos, que sólo me revisarían, me darían medicamentos, me recetarían reposo y que me estabilizarían para esperar al 18 de noviembre, que era la fecha probable del parto. Cuando llegamos me di cuenta de la frialdad con la que sería tratada puesto que lo primero que nos dijeron es que faltaban papeles, sellos y firmas, para comprobar la vigencia como derechohabiente. Me dijeron que me sentara y esperara a que me llamaran. Y cuando vinieron a decirnos que sólo me podría quedar yo, pero sin acompañantes, fue que se me empezó a partir el corazón, ya que mi mamá siempre ha sido mi gran apoyo y no quería separarme de ella en ese momento. Ella tuvo que salirse y se fue a sentar afuera del hospital, en una banca. Yo, me puse mi Ipod y traté de relajarme escuchando la selección de música que le ponía al bebé desde la panza. Pero todavía pensaba: pobrecita de mi mamá, que está allá afuera, cuando deberían dejarnos estar juntas… pero en cuanto me atiendan nos regresaremos a la casa. También, al ver a la persona de la recepción cómo les hablaba a las otras mujeres que esperaban ser atendidas y cómo veía el movimiento, bastante frío e impersonal, pensaba que en cuanto saliera de ahí trataría de convencer a Israel (que estaba en un curso intensivo en Veracruz) de que nos decidiéramos por la atención del parto de manera particular, con el ginecólogo conocido de mi mamá en el CEM o con la Dra. Rocha, mi ginecóloga, porque aunque habría que pagar una cantidad considerable de dinero, sabía que ellos no me dejarían pasar por ese acontecimiento sola. Que le permitirían a mi mamá estar en el parto y que Israel podría acompañarme y apoyarme la mayor parte del tiempo hasta que diera a luz. Así es como yo visualizaba todo.

Después de un rato me llamaron a la consulta. Me hicieron las preguntas necesarias y me tomaron la presión y ya estaba altísima. La doctora que me recibió se alarmó de por qué no me habían mandado a Urgencias desde la tarde anterior, cuando ya me habían detectado el problema. Entonces me dijo que me iba a quedar en observación. Me pidieron que me desnudara, que me quitara todo, aretes, cadenas, los lentes y que me pusiera la bata helada que estaba colgada en un baño oscuro y frío. Salió la enfermera a llamar a mi mamá para avisarle que me quedaría internada para monitorearme a mí y al bebé y para que recogiera mis cosas. Y le dijeron que se esperara ahí, pendiente de cualquier llamado que le hicieran para darle noticias mías.

Ya con los ojos inyectados, por la presión alta pero también de lágrimas contenidas, le dí a mi mamá todas mis cosas y le pedí que le avisara a Israel lo que estaba pasando, para que supiera que me iban a hospitalizar. Lo que más deseaba en ese momento era estar con ellos dos, mis más grandes apoyos, pero no, fue cuando caí en cuenta de que viviría todo sola, sin poder ver bien porque sin lentes veo todo borroso, angustiada, preocupada por el bebé y por mí, en una sala de hospital, donde de inmediato me acostaron, me pusieron suero donde me empezaron a pasar medicamentos y donde tenía de vecinas en pleno trabajo de parto que gritaban por el dolor de las contracciones. En fin, que era un ambiente que de ningún modo podría ser relajante.

Traté de calmarme. De cerrar los ojos, de estar tranquila y esperar que la medicina hiciera su efecto para, todavía creía que podría, irme a la casa con el tratamiento y las instrucciones para esperar los quince días que le faltaban al bebé para nacer. Había mucho ruido, mucho movimiento, había música –cuando escuché a Cranberries pensé que por lo menos esa música me agradaba-; había gritos, el ruido incesante de una máquina de escribir con la que hacían los expedientes de las mujeres que estábamos internadas. Así empezaron a pasar las horas. Distintos médicos hicieron mil veces mi historia clínica. Respondí varias veces los mismos cuestionarios. Me tomaron la presión con mucha frecuencia y esta fluctuaba entre la normalidad y se disparaba de nuevo, sin lograr estabilizarse. También escuchaba cómo daban su primer grito los bebés que nacían. Cada vez que los escuchaba, se me hacía un gran nudo en la garganta y me corrían las lágrimas. En la música de fondo empezó a sonar la 1812 de Tchaikovsky, y lloré en silencio acordándome de lo felices que fuimos Israel y yo en nuestro último viaje a Nueva York, cuando nos tocó escuchar a la Filarmónica en Central Park, enamorados disfrutando de la música y de los fuegos artificiales al final de la 1812.

Hasta ese momento me controlaba mucho para no llorar. Me daba pena que me vieran, pero me sentía triste, sola, angustiada y con taquicardia. Para entonces estaba ya verdaderamente preocupada. Me dolía terriblemente la cabeza y conforme el día empezó a pasar me iba angustiando más y más. Una gran nube de pesimismo me invadió. No podía dejar de pensar en Martha Luna, mi compañera del trabajo, que falleció dando a luz a sus gemelas el año pasado. Me empezó a entrar un miedo terrible, pensando lo peor y lo triste que sería para mi familia, sobre todo para mi mamá y para Israel, si una tragedia así sucediera. Pensaba que no quería morirme, que no quería causar tanto dolor a mis seres queridos, quería, en todo caso, hablar con ellos y no irme sin despedirme. Pensaba porqué tenía que estarme pasando este problema de la hipertensión, si durante todo el embarazo había estado muy bien. También me angustiaba que mi mamá e Israel tenían ya muchas horas sin saber de mí. Nadie les daba noticias mías y estaba muy preocupada pensando en que ellos estarían seguramente muy preocupados también. Fue hasta entrada la tarde que uno de los médicos, de mayor jerarquía que los demás, estudió mi historia clínica y decidió que me operarían, puesto que no ya era muy riesgoso para mí y para el bebé continuar con el embarazo teniendo hipertensión. Me dijeron que me prepararían para la cesárea.

Para mí fue muy impactante puesto que, pese a que sabía que siempre puede haber situaciones por las que se tenga que recurrir a una cesárea, yo nunca visualicé como una posibilidad real que mi hijo tuviera que nacer por así. Yo estaba mental y físicamente preparada para el parto natural y nunca pensé en que las cosas sucedieran así. Una mala jugada de mi salud. Todos dicen que por mi edad, que por eso era un embarazo de alto riesgo. Pero como todo fue muy bien durante los meses de gestación yo creía que tendría a mi bebé en la fecha en la que lo esperaba, sin complicaciones y apoyada por mi mamá en el parto, como lo hizo cuando nacieron Oriana y Nadia. Y no, todo estaba saliendo muy diferente a como lo imaginaba y estaba invadida de miedo.



II. El abrupto nacimiento


Yo ya estaba deshecha. Lloraba de miedo y de tristeza. Una enfermera me dijo que me calmara, porque todas mis emociones le afectarían al bebé y mi presión no se controlaría, pero ya no podía controlarme. Me preguntó si era creyente. Se sorprendió mucho cuando le dije que no. Yo lloré más porque yo no tengo un Dios del cual asirme. Ella me dijo entonces que no importaba, que de todos modos le pidiera por mi y mi bebé, para que todo saliera bien. Para entonces, mi mamá logró que la dejaran pasar y desde la puerta de la sala, me habló y verla me tranquilizó, pero le dije que yo no quería que las cosas estuvieran pasando así. Con la ayuda de una enfermera ex alumna suya, me logró pasar el teléfono para que yo pudiera hablar con Israel. Cuando hablé con él le dije, llorando, que me iban a operar. Él seguía en Veracruz y estaba muy preocupado porque no había logrado hablar con mi mamá para informarse sobre cómo iba todo. Escuché su voz quebrarse porque estando allá, sólo quedaba esperar las noticias de cuando saliera de la operación. Trató de darme ánimos, yo traté de dárselos a él. Le dije a mi mamá que yo quería que todo hubiera salido bien, no así. Ella me dijo que todo saldría bien, que me iban a operar y que en un rato ya tendría al bebé conmigo. Me pidió que me calmara, que estuviera relajada. Me dieron un tranquilizante porque me dormí. Me desperté después de un rato. Ya se había hecho de noche y ya habían cambiado el turno.

Se me acercó una figura conocida, como veo borroso la distinguí hasta que estaba muy cerca de mí. Era Martha, mi prima la internista, que me dijo que había logrado que la dejaran pasar para ver cómo iba todo. La vi hablar con el médico que me operaría, que le explicó que ya no lo haría él, porque no había quirófano disponible y que tuvo otras cirugías y ya no le dio tiempo. Que esperaría un rato más para que me operara el equipo del turno nocturno. Martha me contó que afuera estaba mi mamá con Tere y mi tía Alicia, esperando noticias mías pero que ella les avisaría que yo estaba tranquila y que en un rato más se haría la cirugía.

La anestesista, una doctora muy jovencita, me explicó los pasos para la anestesia, la epidural y las sensaciones que tendría. Ya era entrada la noche cuando me llevaron hacia el quirófano. Yo temblaba, más de miedo que de frío. Le pedí a ella que me diera la mano, lo que no hizo. Me apena decir que no soy valiente. Tenía mucho miedo. Tenía la sensación de que algo malo pasaría durante la cirugía. Ella, con firmeza, me hablaba para que me tranquilizara. Me hormigueaban las piernas y sentía taquicardia. La doctora me decía que era el efecto de la anestesia. Seguramente me dieron un calmante porque me empecé a sentir por fin tranquila y adormilada.

Se me quitó el frío. Cerré los ojos y escuchaba al ginecólogo y a la pediatra mientras trabajaban conmigo. Después de varios minutos escuché el ajetreo de que el bebé ya había nacido. “Está bonito”, dijo el doctor mientras el niño daba su primer grito. Sonreí y más lágrimas rodaron por mis mejillas. Ví, cómo se lo llevaban a una mesita en la misma sala para limpiarlo y valorarlo. La anestesista me dijo que le estaban haciendo examenes y que enseguida me lo traerían a enseñar. Yo volteaba mi cabeza hacia donde lo tenían pero no alcanzaba a verlo. Para entonces lo que hacían conmigo había pasado a segundo plano. Sólo quería saber cómo estaba el niño. Después de un rato me dijeron que él era mi hijo, que nació a las 22:38, que pesó 3 kilos y midió 47.5 cms; además que lo habían valorado y que había respondido bien, con un Apgar de 8,9. Todo lo anotaron en dos pulseras, una para mí y otra para él, para identificarlo de inmediato. Me lo acercaron por fin. Le dí la bienvenida: ¡Hola mi niño!

Siempre he creído que los bebés nacen feos e hinchados, pero yo al mío desde ese momento lo ví bien bonito. Me sorprendió verlo tan blanco y con muchos vellitos en su carita y con mucho cabello muy negro. Me dijeron que se lo llevarían a bañar. Me despedí de él con un beso. Los médicos me felicitaron. Yo me sentí muy adormilada y apenada con ellos por ser tan llorona, pero no pude darles las gracias ni nada porque me quedé dormida. Entre sueños escuché a mi prima hablando con el equipo del quirófano cuando terminaron de operarme y que me llevaban a la recuperación. Yo, ya contenta, me dejé caer en un sueño profundo, tranquila porque ambos, el niño y yo habíamos salido bien.



III. Mamá

“Mamá despiertate ya que tu niño ya tiene mucha hambre”, me dijo la enfermera de la sala de recuperación, mientras yo escuchaba a lo lejos el llanto inconsolable del bebé. Me dijo que me lo pasaría para que le diera de comer y me explicó cómo tenía que agarrarlo para empezar a amamantarlo. El primer contacto que tuve con él fue muy emocionante, porque por fin era real, tenía en mis brazos a mi hijo, chiquitito y al que yo debía de proteger y saciar su hambre. No me cansaba de verlo y me empeñaba en que pudiera pegarse al pecho para que pudiera comer. Como nació un poco antes de tiempo le costó mucho trabajo aprender a pegarse al pecho pero ambos lo intentabamos con muchas ganas. Yo estaba cansada todavía, pero en ese momento comprendí, la famosa frase de “nada será igual” porque tenía miedo de quedarme dormida y que el bebé se me cayera de la camilla donde estabamos, así que el sueño ya no fue profundo, una parte de mi se queda, desde entonces, en vigilia.

Después de unas horas vinieron por nosotros para llevarnos ya a una cama del hospital, ya era de madrugada, las 5 o 6 talves. Cuando amaneció me dijo una enfermera que le llamarían a mi familiar para que le trajera ropita al bebé y que lo vistiera. Mientras seguía pegadito a mí para darle calor y leche. Pasado un rato escuché por fin entrar a mi mamá a la habitación. Volví a llorar. Nos emocionamos las dos porque, ese bebito tan chiquito y bonito nos convirtió, desde ese día en mamá y abuela. Un lazo de comprensión, amor y agradecimiento más profundo me une a mi mamá desde entonces. Bien dicen que no se comprende a la madre hasta que una misma se convierte en mamá...



Continuará...



Octavio a los tres días de nacido, el día que llegó a casa


miércoles, 23 de diciembre de 2009

Para el recuerdo


...Bien me dijo alguien: "disfruta mucho de tu embarazo, porque al final extrañas hasta tu pancita"... Y sí, me hubiera gustado estar al 100% dedicada a sentir crecer a mi niño dentro de mi los nueve meses del embarazo... porque cuando me di cuenta ya era el momento de que naciera... Se me fue muy rápido...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Plural


El viernes me caí. Por fortuna no pasó nada, mas que un susto tremendo porque estaba sola. Me resbalé en el baño o más bien, me quise bañar sentada y la silla estaba muy endeble y se cayó conmigo encima. La misma silla amortiguó el sentón pero mi cabeza golpeó contra la pared. Nada grave pero me asusté mucho. Pensé mil cosas, pero sobre todo me dió miedo que el golpe hubiera sido muy fuerte y que empezara a ver borroso o más borroso de lo normal, ya que soy miope, como preámbulo a algún desmayo. Pero no. No me desmayé, no ví borroso, no tuve hemorragias de ningún tipo. No supe cómo me levanté, me revisé, me toqué el chichón que se me empezaba a formar. De hecho, en ese momento me asusté tanto que ni me dolió. Me terminé de bañar muy rápido, me vestí y con rapidéz me fui a buscar a mi mamá, para contarle.


Ella me tranquilizó y de inmediato me escuchó el latido del bebé. Todo estaba bien. Se mueve normalmente y su corazón late muy bien. A estas alturas, está muy bien protegido por su saco amniótico que lo amortigua y protege de cualquier golpe. Me puse hielo en la cabeza y estuve en la casa materna en reposo, consentida y tratando de estar ya más tranquila.


Toda la vida he pensado en mí misma. Soy responsable de mí y de lo que me pase. Esta vez pensé y sentí en plural. Porque ahora soy responsable, además, de esta vida chiquita que está dentro de mí. Somos dos. Tengo que cuidarnos. Y me dió mucho miedo que por mi descuido le pasara algo a él.


A Israel le pude contar lo que pasó hasta la noche, que hablamos por teléfono. Se preocupó, pero le dije que no fue mas que un susto. Cuando regresó de Veracruz, de madrugada, me dijo que no había podido dejar de pensar en lo que le conté que pasó. Y me dijo algo muy bonito, que tampoco había escuchado nunca de su boca. Después de pedirme que esté muy atenta, que me cuide, que extreme precauciones, habló en plural... Por primera vez, me dijo "LOS QUIERO"...


El hombre duro, preocupado, serio, estresado por su nueva condición de responsabilidad que se acerca cada vez más... el enamorado que me dice todo el tiempo que me ama más de lo que yo a él... el que me da besos de panza y que tiene miedo de que lo deje de querer cuando llegue el bebé... el que no quiere volverse un cursi cuando sea papá... el que no me acompaña a los ultrasonidos ni a los ejercicios como otros papás... él, me dijo esa madrugada, esa frase auténtica, sentida, única que no voy a olvidar en mucho tiempo... NOS QUIERE...


Así que me dormí, con la cabeza aún adolorida, pero ya tranquila, sintiendo toda la actividad de la cría que me reconforta porque me hace saber que está bien y, sobre todo, me dormí contenta porque sé que va a tener un papá que lo quiere desde ya... y estoy segura que se enamorará de él cuando ya lo tengamos en casa...


El maestro Barrón será un buen papá. Se desvela moviendo cosas de un lado a otro. Está construyendo el nido de nuestra cría.


Yo también... LOS QUIERO a los dos!!!

domingo, 6 de septiembre de 2009

El Cría's Soundtrack

Si bien no sé si haya una base científica que diga que la música clásica, en especial Mozart, les es muy benéfica a los bebés, incluso desde antes de nacer, yo sí me pongo música en la panza desde el quinto mes y sí veo un efecto relajante en mí y en la cría, porque se mueve más. Tal vez esto caiga en el mito urbano, de que los hace más inteligentes y cosas por el estilo. Lo que sí creo es que estar expuestos a la música, hace a los niños, por lo menos, personas más sensibles. En mi infancia siempre tuve música de fondo, no sólo todos los maestros de la música clásica, si no de todo, desde ópera a Chavela Vargas, María Dolores Pradera, Kiss, Pink Floyd, Silvio, Pablo, Los Beatles, Los Credeance, Chava Flores y un muy largo y ecléctico etcétera. De tal modo que ahora, disfruto mucho de toda la música, excepto del regeaton que me cae bastante mal.



Este es el Cría's Soundtrack, algunas selecciones que vienen en los discos de estimulación para bebés y algunas otras piezas que a mí me gustan, sobre todo de música de películas.




Y Mozart





Y más Mozart




No sé si lo hará más inteligente, pero es música que me gusta, me ayuda a dormir y si no le hace bien a la cría, pues no le hace ningún mal... ;D

Semanas 26 a 29: El IMSS vs. la atención particular

Del 13 de agosto al 8 de septiembre: Hace tres semanas me hicieron un ultrasonido en el IMSS. Llegué y en la puerta había un letrero que decía NO TOQUE, ESPERE QUE LE LLAMEN. De inmediato pensé "¿y yo cómo voy a a saber que el doctor está adentro o él cómo va a saber que tiene alguien esperándolo afuera?... Pero en las instituciones, especialmente el IMSS, no hay más que hacer lo que te dicen para que no te ladren. Así que, junto con mi mamá, nos sentamos a esperar, pensando que serían horas, como también es la "tradición" de ahí. Yo ya hasta estaba visualizando dónde había un enchufe para conectar mi computadora y aprovechar las horas avanzando mis trabajos...

Pero, increíblemente la puerta se abrió muy pronto. El doctor me pidió la hoja de solicitud de mi médico familiar y mi carnet, y nos hizo pasar sin tener que esperar nada. Me sorprendió la atención y el ambiente de ese consultorio. Tenía puesta música "clásica", creo que algún concierto de Mozart. Y él muy amablemente nos explicó en la pantalla todas las pautas que tenía que revisar que indicaran el desarrollo normal del bebé. La cabeza, que por cierto es muy bonita, redonda redonda como la del muñeco que Israel ha pintado en varios cuadros. También midió los huesos de las piernas y brazos, nos enseñó que abría y cerraba la boca y cómo se movía. Además nos confirmó su sexo. Es niño. Además, por el tamaño nos dijo que tiene 3 semanas más de las que tiene. O sea, para él, ya estoy en algo así como la semana 32!!! O sea más de 7 meses!!!
Salí de ahí, contenta por la atención, emocionada por ver al niño moverse y desarrollarse bien. También algo sorprendida por ese dato, que significaría entonces que ¿nacerá antes de lo previsto?

Esta semana tuve mi cita con el médico familiar quien revisaría el resultado del ultrasonido. Y nada raro, ese doctor, nunca, nunca voltea a verme a la cara. Yo siempre lo saludo. Él nunca me contesta. Se limita a anotar y pelearse con la computadora. Me pide mi nombre, me pide la tarjeta, me toma la presión, me pesa, es la segunda vez que me mide la panza y si yo no le hago algunas preguntas él no me hablaría ni una palabra durante los 10 minutos que dura la consulta. Después anota la receta, que se limita al ácido fólico y sulfato ferroso. Le pregunté si no me daría calcio y me dijo que no, que no se lo dan a las embarazadas porque con su alimentación deben cubrir los requerimientos de calcio. Le pregunté también respecto a esa edad gestacional que salió en el ultrasonido y me dijo algo así como "no importa, el bebé cuando quiera nacer, va a nacer"... Y dice: que le vaya bien. Nos vemos en un mes. Y ya!

Así son las citas de control del embarazo en el IMSS. Aparte, voy a la farmacia a surtir la receta, ¡¡¡y no hay ácido fólico!!!. Sin voltearme a ver, me dice la mujer que me atendió, que regrese miércoles o jueves de la próxima semana a ver si ya hay.

Creo que todo es pseudoatención, todo entra en las estadísticas de que se atiende a "tantas" embarazadas en los programas institucionales... pero yo creo porque lo he visto, que "hacen que hacen", "hacen que atienden" "hacen que recetan", etc. El filtro de las unidades de medicina familiar son el tamiz para no dejar que sean los especialistas los que atiendan, realmente atiendan a los pacientes.

De los especialistas del IMSS no tengo queja, o bueno, tengo menos quejas. En enero de este año me hicieron una cirugía de la nariz, ya que tenía el tabique desviado lo cual me daba problemas en los oídos y obvio, no podía respirar bien. Y desde la apariencia del médico, pulcro, limpio, con la bata brillante, blanquísima, muy joven y además, muuuuuuuuy guapo ;D. Toda la atención con él era como si lo estuviera viendo de manera particular, ni parecía cita del IMSS. La cirugía salió muy bien y le estoy muy agradecida al doctorcito guapo por su labor. Nada que ver con el médico familiar. Vaya, que por su apariencia ni siquiera parece médico. Y no entiendo, porqué se vuelven tan insensibles, tan desatentos y chambones... ¿será consigna?... Tenemos el servico porque pagamos por él en los impuestos, pero dónde queda la calidad de la atención...

Con mi ginecóloga particular es también todo lo contrario. En su consultorio hay que hacer muchas horas de antesala porque atiende según vayan llegando las pacientes, y porque se tarda lo necesario en la revisión con cada una. Al principio es raro, porque no parece un consultorio, parece que atiende en una casa, lo cual manda el mensaje subliminal de que estás en un lugar cálido, como el hogar y no en un frío consultorio. También tiene tantas pacientes que atiende a varias a la vez, en cada uno de los "cuartos" del consultorio. Esto puede parecer raro o molesto al principio, pero, para mí me parece que sientes la calidad de su atención, sientes calidez, sensibilidad, comprensión y hasta amistad con la doctora. El control con ella es muy puntual, siempre va un paso más adelante en cuestiones preventivas lo cual debería ser así en las instituciones. Lo malo, es que hay que gastar (invertir) mucho dinero entre medicinas, consultas y examenes de laboratorio.

En fin, que me atiendo en ambos lados. Entre el IMSS y la atención particular, busco un punto medio, tampoco tengo el dinero suficiente para pensar en toda la atención de mi embarazo y el parto en uno particular. Si quisiera que mi hijo nazca en agua y que sea recibido por un delfín, sería un niño que tendría una mamá y papá tuertos... jajaja! Por eso quiero un parto normal y le apuesto al Hospital de Ginecología de la UV, que creo que sería el buscado punto medio, donde además, mi mamá, que trabajó tantos años en la "mater" todavía tiene alguna posibilidad de poder entrar, acompañarme y cuidarme durante el parto, como lo hizo cuando nacieron mis dos sobrinas.

Me están entrando los nervios... falta menos cada vez...

domingo, 30 de agosto de 2009

Infancia es destino

Si hay una frase que me ha dicho mucha gente cuando sabe que estoy embarazada es "aprovecha ahorita que puedes, duerme, relajate, disfruta, que ya después ya no vas a poder"

... algo así como que nunca más nada será igual... hasta veo una sonrisa burloncilla de la voz de la experiencia aleccionando a la pobre ilusa que no sabe la que le espera... :S

Sé que nadie me dice eso en mal plan, pero a mí me suena como si lo que viene fuera una especie de castigo.... ya que "nunca más volveré a dormir bien, dejaré mis prioridades en segundo plano, que mi trabajo, mis actividades, mis gustos, que todo girará en torno al hijo.... en una palabra, que dejaré de vivir mi vida para vivir la de mi hijo"... Y no... no quiero eso...

Seguramente todo es cierto, mi vida no será la misma, pero tampoco quiero dejar de ser yo. Pienso que tener un hijo debe traer también, además de todo eso que me dice la gente, algunas recompensas que hagan que todo valga la pena. Nuestra vida cambiará pero no veo porqué tengamos que dejar de ser nosotros mismos.

Generalmente yo trato de ser más optimista que Israel. Él a veces me dice, jugueteando pero con un temor real, que pronto, muy pronto dejaremos de ser una pareja que nada más se preocupa por dormir, ir al cine y comer frituras.... porque vamos a ser papás. Algunos días, cuando me pongo a pensar en todas las dificultades que le tocará vivir a mi hijo y a todos los montones de niños que nacen todo el tiempo, pienso que estamos poblando el mundo, sólo por un afán primario, inconsciente, de trascendencia, de satisfacer el ego. Ellos realmente no piden venir al mundo y de que les tocará vivir en uno cada vez más dañado es algo real. Ver las noticias, que se engolosinan con las notas malas, solamente causa angustia, porque piensas a qué mundo traes a un hijo...

Por eso es emocionante ver despegar un transbordador rumbo al espacio con un ingeniero mexicano en el mando. Porque seguramente pese a las dificultades de su propia historia está cumpliendo su deseo, profesional e intelectual, de llegar a lo más alto y trascendental, para él, para la ciencia...

Esas noticias sí son esperanzadoras... Seguramente con todo y los problemas que tendrán que afrontar, las generaciones futuras también tendrán muchas oportunidades de desarrollarse y ver cosas increíbles que ni siquiera nos imaginamos ahora.

He pasado semanas muy pesadas, con mucho desgaste físico por cosas que resolver del trabajo de ambos. He estado muy cansada por tanta desvelada, desmañanada, esfuerzos físicos y demás actividades que no podemos evadir. Creo que las cosas de trabajo no las puedo dejar de lado y además, todo es con un afán también de tener mejores condiciones económicas para los tres. Apenas este fin de semana he podido descansar más. Me han sabido muy ricos todos los ratos de sueño y me reaniman mucho. También volví a mi clase de ejercicios y eso me hace sentir físicamente mejor. Mi panza crece cada vez más y creo que ahora es cuando más tengo que estar atenta y cuidadosa con mi cuerpo y por supuesto con el desarrollo de mi cría.

Así que no hay más que "apechugar", literalmente, para crearle el mejor entorno posible, darle las armas para que pueda afrontar bien la vida que le toque. Si infancia es destino, quiero que sea un niño feliz y satisfecho... para que después sepa volar y dirigir su propio rumbo...

domingo, 16 de agosto de 2009

Cachorro de hombre




-Alguien sube por la colina -observó mamá Loba enderezando una oreja. Prepárate.
Crujieron levemente las hierbas en la espesura; papá Lobo se agachó, pronto a dar el salto, con los cuartos traseros junto a la tierra. De haber estado allí en acecho, hubieran podido ver ustedes la cosa más maravillosa del mundo: en el preciso momento de estar saltando, se detuvo el lobo. Brincó antes de haber visto contra qué se lanzaba, y, repentinamente, trató de detenerse. El resultado fue que salió disparado hacia arriba, verticalmente, hasta un metro o metro y medio de altura, y luego cayó de nuevo en el mismo lugar...
-¡Un hombre! -exclamó disgustado. Un cachorro humano. ¡Mira!
Frente a él, apoyado en una rama baja, se erguía, enteramente desnudo, un niño moreno que apenas sabía andar: una cosa, la más simpática y pequeña, la más fina y gordinflona que jamás se había presentado de noche ante la caverna de un lobo. Miró a éste cara a cara y se rió.
-¿Es eso un cachorro de hombre? -dijo mamá Loba-. Nunca vi ninguno. Tráelo.
Un lobo, si es preciso, puede llevar un huevo en el hocico sin romperlo, pues está acostumbrado a mover de un lado al otro a sus propios pequeñuelos; de esta manera, aunque se juntaron las quijadas de papá Lobo sobre la espalda del niño, ni un solo diente le arañó la piel, la que apareció intacta al colocarlo aquel entre los lobatos.

-¡Qué pequeño! ¡Qué desnudo! Y... ¡qué atrevido! -dijo dulcemente mamá Loba. El niño se abría paso entre los cachorros para arrimarse al calor de la piel-. ¡Vaya! Ahora come con los demás. De manera que éste es un cachorro de hombre, ¿eh? ¡A ver si hubo nunca un lobo que pudiera jactarse de contar con uno que estuviera entre sus hijos!...


De El libro de la Selva
Rudyard Kipling

Hace unas semanas nos dieron, en pago por los servicios de semental del Chipo a un cachorrito. Un hermoso y simpatiquísmo bebé pug de dos meses. Fuimos a recogerlo, ya era el último perrito macho que quedaba y nos lo llevamos, pues ese era el trato. Le fuimos a comprar comida y planeamos llegar a bañarlo y en buscar una camita confortable para que se durmiera. Yo me lo llevaría a mi casa, con el afán de convencer al maestro Barrón de que se nos quedase para que fuera el compañerito de crianza de nuestro propio cachorro. Así que después de que llegué a la casa de mi mamá con él y después de presentarlo con el Chipo y Camilo, nos dispusimos a prepararle el baño. Yo lo tenía en las piernas y junto a su papá y hermano mayor, estábamos sentados los 4, mejor dicho los 5, en el sillón de la sala, cuando sonó el teléfono...
Era el "ex dueño", que lo quería de regreso. Dijo que hubo un error, que ya lo tenía comprometido, que nos lo cambiaba por otro, pero que se lo devolviéramos... Después de un intercambio comercial devolvimos al perrito, pero me dejó muy triste porque de volada yo ya me había encariñado con él, y aunque en realidad, hubiera sido muy dificil convencer a Israel de quedárnoslo, porque no tenemos espacio en casa y por todos los gastos que implican tener una mascota, al final, de todos modos lo hubiéramos tenido que vender y talvés, esa despedida hubiera sido aún más dolorosa...
Me fui de la casa de mi mamá con el corazón partido, aguantándome las ganas de chillar. Chillé hasta que ví a Israel y le conté lo que pasó. Es que es imposible no enamorarse de estos cachorros de lobo, modificados y domesticados, que son compañeros incondicionales de nuestras vidas. Cada vez que veo al Chipo me derrite su cara y su mirada inteligente. Y cuando lo invito a acostarse en mi cama, parece saber que algo está pasando en mi interior, porque es delicado y cuida no aplastarme mi panza. Leí por ahí que los perros saben, intuyen cuando las mujeres tienen a sus propias crias en la panza. No sé si sea cierto, pero de que existe una gran relación entre nosotros y ellos es real.
Me acuerdo mucho de cómo se sentía la panza de la Pupet, cuando estaba embarazada. Se veía cómo se movían todos sus perritos desde adentro, empujándose, tratando de ganar su espacio vital en su panza estirada, negra y brillosa. Yo ahora ya siento toda la actividad de nuestro bebé moviéndose y respondiendo a los estímulos del exterior. Ayer por la mañana dió un tremendo empujón, que se vió cómo mi panza brincó bien alto. Nos quedamos sorprendidos.
Es una maravilla esta... la de ser la primera casa de un cachorro de hombre...




martes, 11 de agosto de 2009

Del amor en los tiempos del blog...

En unos minutos entro en mi semana 26, los plenos 6 meses, el tercer y último trimestre del embarazo... por eso es que hoy le abrí este blog a mi familia, para que sean partícipes de las memorias de este embarazo, que en sí son la misma historia contada mil veces, la de todas la mujeres que han poblado este mundo, sólo que ésta es la mía... única, singular e irrepetible...

Como buenos humanos, fascinados por encontrar símbolos, la llegada de nuestra cría será, si todo sale bien, el 18 de noviembre de 2009 y el maestro Barrón y yo, nos hicimos novios el 14 de noviembre de 1994, así que llegará justo quince años después, lo cual nos lo hace aún más simbólico. Como un hito en nuestro camino, será el inicio de otra parte de esta historia nuestra, la que emprendimos juntos hace mucho tiempo y que ahora trasciende a ese lado desconocido y emocionante, que será la de nosotros como papás. Nos llega en el momento justo, ahora somos más maduros, más seguros y determinados, como individuos respetamos y tratamos de entender nuestras diferencias y valoramos mucho más las coincidencias que nos hacen querer seguir juntos y lo que es más, querer vivir esta experiencia ahora, a nuestros 35 años, cuando decidimos dar ese gran paso que es el de traer a un niño al mundo...

Así que en este mundo futuro que nos alcanzó, el del amor en los tiempos del blog, los invito a que lean aquí lo que vivo, lo que siento y que a veces es más facil de expresar escrito que en persona, porque pocas veces tenemos tiempo, andamos cada quien en nuestros asuntos, saludándonos rápidamente casi por cortesía, donde el ritmo de la vida actual a veces nos aleja, pero en el que por lo menos existe la tecnología que nos acerca... aprovechándola los saludo y les abro mi corazón que late doble...

lunes, 10 de agosto de 2009

Una prueba de esfuerzo...

Del 16 de julio al 11 de agosto: El embarazo es una prueba de esfuerzo, me dijo mi doctora cuando la ví en mi consulta pasada, que era en medio de estas frenéticas semanas de mucho estres por tanto trabajo. Parece que se cumple el dicho de que los bebés vienen con "la torta bajo el brazo" porque desde que estoy esperando a mi cría, no he parado de trabajar. Me llegan las ofertas de trabajo y nuevos proyectos, a los que no puedo decir que no, porque aunque a veces me sienta muy cansada, es lo mejor, aprovecharlas y ganar un poco de lana, que buena falta nos hace siempre...
La cosa es que estas semanas he estado tan agotada y con tanta chamba, que me he tenido que desvelar y pasar mucho tiempo sentada frente a la computadora me han molido la espalda y la cadera. Ya cuando me acuesto parezco robot... bien tiesa y adolorida... Algunos días he sentido hasta taquicardia, algo que ya me pasó hace tiempo, que estuve también pasando un periodo de mucho estres. Por eso mi doctora me recomendó que viera al cardiólogo, para corroborar que todo vaya bien con mi corazón, ya que el embarazo, dice y vaya que lo creo, es toda una prueba de esfuerzo. Como sea, estoy tomando una clase de ejercicios para embarazadas que me ha caído muy bien. También quiero ir a la de yoga, para ayudarme a estar más relajada. Le he tratado de bajar el ritmo, para que los últimos tres meses pueda pasarmela más tranquila disfrutando del embarazo.

Ahora ya siento claramente cómo se mueve, sobre todo por las noches. Israel dice que la cría se da de topes en vez de dar patadas. Mi panza ya ha crecido más... ora sí de bien embarazada!!! ;D aunque en las clases he visto a otras mujeres con más panza y menos tiempo de gestación.

En general todo va muy bien, sólo por el cansancio y el hambre atroz que mis hormonas me exigen, pero me siento bien, emocionada e incrédula porque se me está llendo muy rápido este viaje... vamos más allá de la mitad...

Ayer, por primera vez, me desperté pensando en el momento del parto y me levanté con unas ganas de sacar todas las cosas del cuarto que ahora es mi estudio, para hacerle espacio a la cría. Quiero conseguir una cuna y una cómoda con 6 cajones, para que quepa bien su ropita y nuestros chones :D... Necesitamos mandar a hacer otro librero, llevarme cosas a mi recámara de la casa de mi mamá, etc... que creo que me está pasando lo que vi en un documental que hacen las mamás de otras especies y supongo que también las humanas, de hacerles un nido confortable a las crías para cuando ya estén aquí... No había tenido esa sensación hasta apenas estos días y es lógico... porque ya se está acercando el momento en que tendremos aquí al pequeño Barrón original ;D

sábado, 1 de agosto de 2009

Le premier cri



"Le Premier Cri (El primer grito) es la deslumbrante historia sobre el primer grito de la vida, aquel que damos cuándo acabamos de nacer y que sella nuestra entrada al mundo."

miércoles, 15 de julio de 2009

Semanas intensas (20, 21, 22)

Del 1° al 15 de julio: La espera de la vuelta del viajero de la India me tuvo muy emocionada y aunque trataba de controlarme, me tenía muy tensa por pensar en que tuviera un buen viaje y sin dificultades. Es que han habido tantos accidentes de avión que vaya, no podía dejar de estar preocupada. Pero todo salió bien. El maestro Barrón regresó más delgado, más moreno y más barbudo. Cumplimos la promesa de que a su retorno yo tenía que verme más embarazada que él ;D...

Y es que sí... de pronto, la evidencia de que tengo a mi cría dentro y que además está creciendo ya empezó a notarse. Yo ya estaba un poco preocupada porque no estaba segura de sentir su movimiento y pues veía mi cuerpo expanderse por todos lados, menos de la panza... Pero desde hace dos semanas mi cuerpo se ve ya de embarazada, no de "gordita"...

Viajé con mi mamá a México a encontrar a Israel al aeropuerto y pasamos un par de días en Pachuca, donde la abuela de allá se esmeró en festejar el cumpleaño de la abuela de Xalapa y se deshizo en atenciones para con su propia y viajera cría y para la madre de su futuro nieto. La pasamos bien, aunque yo no pude disfrutar esos días en Pachuca porque tenía muchos pendientes que no podía dejar de hacer y que tenía que trabajarlos desde allá. Aparte, estuve tanto tiempo sentada, desde que viajamos a México, las horas de espera en el aeropuerto y el viaje y retorno de Pachuca, pues mis pobres pies lo resintieron y se me hincharon de nuevo. Eso me asustó un poco, pero con reposo y las atenciones de las abuelas, me recuperé bien.

Tomé una clase de ejercicios para embarazadas, que me gustaron mucho, porque creo que sí es importante que esté más activa, consciente de mi cuerpo y de que dentro traigo a mi cría, y además para que aprenda a estar tranquila a la hora del parto. Espero poder tomar ese curso.

Ya de regreso a la realidad y la vuelta a la convivencia diaria con Israel y el estres que nos provocan todas las situaciones nuevas y futuras que se nos vienen, sobre trabajo, dinero, espacio, etc., ahora que seremos tres, hicieron que las emociones de los dos estuvieran a flor de piel, haciéndonos reaccionar, él con enojo y yo con llanto... hasta que hablamos y tratamos de encontrar un punto medio, un punto de acuerdo, renovando las ganas de afrontar lo que se venga, pero juntos, de acuerdo, fortalecidos...

Sé que he chillado mucho, seguro que aparte es por la chipilera de estar embarazada, pero no quiero que esas emociones mías le afecten a mi cría. Ahora sí lo siento moverse y protestar cuando he estado intranquila. Le pedí al Barrón que le hable, que le diga que si nos ha escuchado discutir es porque nos preocupa darle y darnos un buen futuro, que lo queremos y que lo esperamos con todo el deseo de que llegue bien y viva feliz....

martes, 30 de junio de 2009

Semana 19

Del 24 al 30 de junio:
Bone... sin duda conocer Varanasi y todo ese gran viaje que estás haciendo será inolvidable y muy significativo. Creo que sin duda habrá sido y será un hito en tu vida... el famoso antes y después...

Te cuento que hoy fui al utrasonido, y el doctor revisó muy puntualmente el perfil genético de la cría, buscando problemas como el Síndrome de Down, alteraciones en la cavidad del corazón y diafragma, los huesos de piernas y brazos, la columna, el cráneo, etc... con lo que concluyó que, en este momento en que se hizo el estudio, la cría está desarrollandose normalmente. Como sea falta que mi doctora lo revise, pero es tranquilizador saber que está bien. De haber presentado algún dato de alguna anormalidad pues él mismo me lo hubiera puntualizado pero, por fortuna, hasta este momento está todo bien.

Sé que para tí, estas emociones y sensaciones que estoy teniendo respecto a la cría te seguirán resultando abstractas, pero hablando de lo terrible y maravilloso que resultan las imágenes a las que nos afrontamos, así como tus ojos se sorprendieron y no podían dejar de ver cómo el cuerpo muerto de un hombre se transformaba en cenizas, dejando de existir para siempre, estas imágenes son sorprendentes porque ves que hay una figurita pequeña moviendose dentro de mi cuerpo, con todos sus huesos y órganos en desarrollo... en fin que he visto el inicio de la vida de alguien, que espero llegue bien a este mundo para que pueda afrontar y disfrutar de lo que tenga que hacer en su paso por este planeta...

El doctor me preguntó que si quería saber de qué sexo es la cría... Yo le dije que en realidad a mí me importaba mucho que estuviera bien, así fuera hombre o mujer... Pero que me gustaría que fuera un niño, porque tú, el bonefuturopadre, te entusiasmaba tener un niño. Y con la recomendación de volver a hacer un ultrasonido en nueve semanas para corroborar el dato, me enseñó unas imágenes que él, que está acostumbrado a leer y descifrar sin equivocarse, encontró que son pene y testículos...

Así que parece que la cría... es crío ... Aunque sugiero que esperemos a confirmarlo, pero pienso que puedes ir pensando en traerte algunos nombres hindúes para varón, y sin duda será el toque que le dé el plus de lo significativo a tu viaje... cuando supiste que al otro lado del mundo se estaba formando en mi panza, tu niño....

Te amo infinitamente

lunes, 22 de junio de 2009

18 semanas

Del 17 al 23 de junio: Sé que tengo que estar tranquila y feliz, pero híjoles, ésta semana he andado de un chiiiipiiil.... que vaya, ha fluctuado mi ánimo de arriba a abajo en un segundo. Me he sentido solita. Y chillo porque pasan las moscas. Estoy acostumbrada a que Israel se vaya de viaje. Siempre he creído en la libertad y la comprensión entre la pareja. Así que todas las veces que se ha ido me dan mucha alegría de que él tenga la oportunidad y la necesidad de salir al mundo para alimentar su espíritu aventurero. Pero, ésta vez, será por el embarazo, siento mucho su ausencia. Sé que es temporal y que regresará con muchas cosas que contarnos y a seguir adelante con nuestros proyectos de vida. Insisto, estoy realmente chipil. Sin embargo, he leído mucho que es especialmente ya en esta etapa en la que las crías captan las emociones que les transmite su madre, por eso, ya empecé a hacer cosas que me ayuden a mejorar mi ánimo.

Primero, me corté el pelo... Leí que las hormonas del embarazo embellecen la piel y el pelo, pero parece que en mi caso, el pelo se me ha puesto peor que el estropajo. Así que ya cambié de champú y le pedí a mi estilista que me hiciera un corte que traje el año pasado que me gusta mucho. Es más corto pero más ligero, más espontáneo, juvenil. Respecto a las canas pues me esperaré a preguntarle al doctor que me hará un ultrasonido más especializado que los demás, que busca con mucho detenimiento que todo vaya bien a través de información de el perfil genético. Quiero preguntarle a él cuando confirme que todo está bien, aunque ya mi ginecóloga me había dicho que podría pintarme pasando los tres meses.

Segundo, empecé a bajar música para la cría. Se supone que desde esta semana su oído empieza a captar el sonido, así que le estoy buscando la música que me gusta y que espero que cree un efecto relajante para mí y que, según experimentos científicos, repercutirá en su aprendizaje y desarrollo.

Estas dos cosas tienen que ayudarme (nos) ha estar mejor y disfrutar de esta etapa tan única para mí y tan importante para la cría....

jueves, 18 de junio de 2009

17 semanas

Del 10 al 16 de junio: Toda la semana previa al viaje a la India de Israel fue de mucho estres, por las mil cosas que había que hacer, trabajo que dejar hecho, dibujar, escanear, pintar, diseñar, etc... mil cosas que no se podían quedar sueltas y que debíamos trabajar juntos. Estuve trabajando mucho tiempo sentada y eso me causó varias molestias y mucho cansancio. Además de ayudarle a arreglar cosas para su viaje, la maleta, hacer compras. El día que llevé a Israel a la central de autobuses terminé con los pies bien hinchados. Eso me asustó un poco pero con reposo se arregló. Luego, la mortificación por tener a Dante hospitalizado, pues fue un motivo más para no estar tranquila. Mi ginecóloga me ayudó a calmarme porque me escuchó el latido de la cría y me dijo que todo va bien, que podía y debía estar tranquila. En fin... que a veces siento que muchas cosas me abruman y no me dejan disfrutar del embarazo sin preocupaciones. Pero de verdad lo intento. Trato de ver hasta dónde llega mi capacidad para resolver cosas y dejar de lado lo que de plano no puedo resolver. Quiero que todo vaya bien. Estar feliz. Sentirme bien.

domingo, 14 de junio de 2009

16 semanas

Del 3 al 9 de junio: Aaah! la luna llena y el hormonazo que no me dejan dormir tranquila ;D

viernes, 5 de junio de 2009

En Huasca

Primera foto de nosotros y la pequeña cría dentro de mi ;D

15 semanas: El primer viaje

Del 27 de mayo al 2 de junio: Esta semana viajamos a México y a Pachuca... Fue nuestro primer viaje de 3. Me cansé muchísimo sentada en el coche y tuvimos que parar mil veces al baño, pero me gusta la disposición y atención de Israel para encontrarme a dónde ir a hacer pipí. Si antes era miona ahora se ha triplicado :D

Fuimos a la Embajada de la India porque mi querido artista viajero se irá para allá en dos semanas. Será un gran viaje. Espero que lo disfrute muchísimo y que sus ojos se llenen de cosas maravillosas para que regrese a contarnos. Ojalá que un día podamos viajar los tres, y seguir conociendo el mundo...

El maestro Barrón inauguró una exposición en su tierra, Pachuca. La exposición se llama Ballenato Nonato y, aunque coincide con el momento, no la tituló así por nuestra cría. Sus papás estaban felices y orgullosos por su hijo artista y futuro padre. Yo me dejé querer. No paraban en atenciones para mi. Comimos mucho y muy rico. No tuvimos que preocuparnos por nada y sólo tuvimos que dedicarnos a trabajar porque todo lo demás ellos nos lo resolvían.

Me gusta esta etapa... veo cambiar mi cuerpo a fuego lento... a simple vista creo que no es tan notorio que estoy embarazada... pero el Barrón dice que me veo muy bonita, está enamorado y preocupado por el futuro... Yo me siento bonita y sexi... jajaja! Me falta un buen corte de pelo y creo que ya podré pintarmelo :D ... en fin... estoy contenta...

domingo, 24 de mayo de 2009

14 semanas

Del 20 al 26 de mayo: ..."Siempre los cariñitos me han parecido una mariconez y ahora hablo contigo en diminutivo con nombres de pastel"..., dice Mecano. Israel dice que le da temor volverse un cursi ahora que llegue su nueva etapa como papá. Yo creo que no tiene nada de malo, mientras sea uno realista y sepas que aburres a la gente si tu único tema de conversación son los logros de tu hijo prodigio. No, no somos así. Trataremos de conservar nuestra individualidad. La cría no será nuestra extensión ni el ser que cumpla nuestros deseos frustrados.

viernes, 22 de mayo de 2009

Carta de Benjamin Button a su hija

"...Si te sirve de algo, te diré que nunca es demasiado tarde, o en mi caso, demasiado temprano para ser quien quieres ser. No hay límite de tiempo. Empieza cuando quieras. Puedes cambiar o quedarte igual. La vida no tiene reglas. Podemos aprovecharla o desperdiciarla...

...Espero que la aproveches. Espero que veas cosas que te asombren. Espero que sientas cosas que nunca habías sentido. Espero que conozcas gente con otro punto de vista. Que vivas una vida de la que estés orgullosa...Y si descubres que no lo estás, espero que tengas la fortaleza para volver a empezar de nuevo..."

sábado, 16 de mayo de 2009

13 semanas: caricias que parecen mariposas :D

Del 13 al 19 de mayo: Hace unos días comencé a sentir cositas en mi panza. Pero no me había dado cuenta de que es mi cría moviéndose. Creía que eran mis tripas jajaja! Le conté a Israel que empecé a sentir como cuando agarras a una mariposa o un colibrí, sintindo su aleteo rápido prisionero entre el hueco de tus manos. Pues así. Luego, una amiguita me dijo que ella empezó a sentir a su hija desde los tres meses. Después le conté a mi mamá y me contestó con la misma metáfora de la mariposa, que era como su maestra de obstetricia le describió, cuando era estudiante, la sensación que las mamás tienen desde el primer trimestre cuando el bebé ya empieza a ser muy activo.

Yo, que estaba maravillada y sorprendida por esta sensación chistosa, emocionante, indescriptible, creyendo además que es una sensación única y sólo mía, pues resulta que es la misma que han sentido todas las mamás del mundo desde siempre... lo que pasa que para mí es parte del asombro que me genera algo que nunca había vivido y que ahora disfruto y que espero que me siga asombrando... en fin... soy primeriza y estoy descubriendo este viaje...



P.D. El maestro Barrón dice que si lo que me aletea, es un murcielaguito ;D

miércoles, 13 de mayo de 2009

El origen de las especies



Hace tres años fuimos al Zoológico del Bronx en Nueva York. Hacía mucho frío por lo que no pudimos ver a muchos animales porque la mayoría estaban resguardados, pero, tuvimos la suerte de poder ver a los gorilas y, lo que es más, a un bebé de dos días de nacido! Qué maravilla, de verdad, poder ver a estos increíbles y elegantes homínidos que son tan sorprendentemente similares a nosotros.
Separados de ellos por un gran ventanal me sentí como si estuviera conviviendo con ellos. Es hipnotizante verlos y sobre todo, me encantó ver el comportamiento de las hembras que cuidaban a la cría de dos días. Había varias hembras y todas fungían como nanas. Se turnaban al bebé independientemente de cuál de ellas era la madre. Tenían con ellas otra cría de 3 meses y hacían lo mismo. Son verdaderamente hermosos y no puedo explicarme porqué hoy, siguen exterminando a los gorilas de su hábitat natural.
Existen pocos ya, pero por fortuna también hay mucha gente preocupada por conservarlos.

El año pasado, volvimos a visitarlos. Y esta vez, en pleno verano, los niños gorilas de dos años jugaban, corrían, brincaban, se mordían y le hacían travesuras al gran macho espalda plateada, que les tenía la paciencia de un padre, los observaba con su mirada inteligente y les permitía que estuvieran a su alrededor, rompiendo las jerarquías.

Tengo una gran debilidad por los animales, especialmente por las crías. Quiero que la mía ame y respete a los animales, a la naturaleza, a la vida misma...