Estuve buena parte del año imaginando cómo quería que fuera la fiesta.
Quería una fiesta de bajo impacto ecológico y muy creativa, con una planilla de octavio muñequito recortable para vestir como invitación o como recuerdo; sin payasos (que en lo personal, me desagradan); con la temática de El Principito u otro tema pero sin personajes infantiles de moda; sin globos de plástico pero sí de papel; con guirnaldas de tela cosidas por mí; con dulces tradicionales mexicanos; con piñatas diseñadas y construídas por nosotros; con ilustraciones de Octavio hechas por papá adornando la casa; sin música "infantil" ñoña y con una marimba para amenizar; quería usar platos y tazas de barro para no usar desechables, con fotografías super chidas y así, un largo etcétera...
Pero todo se quedó en mi cabeza y me ganó el tiempo. Pasaron los meses y entre los continuos trabajos temporales que tomé, de pronto ya era noviembre. Así que, ni modo, se hizo la fiesta, no como yo la soñaba, pero bueno, estuvo bien y sobre todo, Octavio se divirtió muchisimo.
Las invitaciones: Israel hizo un dibujo de Octavio con varios vestuarios, como los muñequitos de papel para recortar y vestir, sólo que yo nunca tuve tiempo de hacer mi parte, que era la de ponerles color, mandarlas a imprimir y entregarlas.
No tengo muchas amigas con niños de la edad de Octavio, así que invité a todos los primitos de la prima de Octavio y así, sí que tuvimos niños. Vinieron además dos compañeritos de Bunko, los hijos de otras amigas, unas vecinitas que hicieron en total unos 12 niños y como 30 adultos!!!... Así que la casa de la abuela quedó apretada...
La decoración: Ni modo, hubo globos, serpentinas y guirnaldas de plástico. La verdad es que me encantan los colores y se veía muy alegre la casa.
Las piñatas: Fueron tres, aunque sólo nos dio tiempo de llenar dos: una de un carrito, que después supe que era de la pelicula de Disney y la otra y principal que era la Pantera Rosa (que gracias a que el tío de Octavio le regaló la serie en dvd, es desde hace un par de meses, su personaje favorito). Cuando las compramos caí en cuenta de que quizá no era la mejor de las ideas que Octavio viera que agarraran a palos a su Pantera, y efectivamente, en el momento del "dale, dale, dale" tuve que llevármelo, llorando, a otro lado para distraer su atención. Además de dulces, les metimos algunos juguetes (dinosaurios e insectos).
Los dulces: Traté de que fueran lo menos dañinos: paletas coronado, obleas de cajeta, bocadines (galleta con chocolate), caramelos, mazapanes.
El pastel: Lo mandé a hacer especialmente con una amiga que es artista y que hace postres riquísimos. Hizo también panquecitos. Días después una vecina le mandó una deliciosa gelatina de conejito para continuar con la celebración.
Los platos y vasos: Desechables, ni modo :(
La música: No alcanzó para la marimba, pero en la computadora puse el gran regalo de Náhuatl y Bety, que me mandaron de la música que escuchan sus niños. Obviamente, nada comercial, con un sentido didáctico y muy chida. Octavio que es muy musical, ahora la está disfrutando cada vez más, cuando andamos en el coche se la pongo y la escucha atento. Gracias amigas.
El espectáculo: Nada de ñoñerías de payasos, así que le pedí a mi amigo cuenta cuentos Martín Corona, que viniera con su compañia Juglaria a darnos una función. Genial! Octavio fue lo que más disfrutó, aunque tuvieron que hacer mucha improvisación ya que el festejado, que ama las pelotas, se las quitó y lo que es más, terminó dentro de la maleta donde los cuenta cuentos traían sus cosas. Fue muy chistoso, aunque la verdad yo estaba muy estresada pensando en que Octavio estaría molestando al intervenir tanto en el escenario hasta que Martín me tranquilizó y me dijo que dejara que fluyera la función así, tal cual iba, que él era el festejado y que llevaría el ritmo de la función. Los invitados estuvieron muy divertidos, lo disfrutaron mucho.
El brincolín: O trampolín, que sabía que sería, sin ninguna duda, el mejor regalo para Octavio, porque ama brincar y jugar con las pelotas, al igual que todos los niños. Rentarlo fue la inversión más cara, pero valió la pena. Jugó muchísimo en él. Estuvo re feliz :)
Los obsequios para los invitados: Los envueltos eran bolsitas de papel de estraza amarradas con mecate de colores y con calcomanías de adorno. Les regalamos además dinosaurios e insectos de los mismos de la piñata y pelotas.
Las fotografías: Chafas la mayoría, más bien todas, ya que papá no se esmeró en sacar sus dotes de fotógrafo y tomó puras espaldas :S pero me dijo que o tomaba fotos o atendía a los invitados.
Los regalos: A mí no me importaba que le trajeran regalos, con que vinieran los niños invitados a compartir con Octavio era suficiente, pero le fue bien, le dieron ropa, juguetes, un libro... Lo más especial fue la visita de sus abuelos que viajaron desde Pachuca para estar presentes en la fiesta.
♥ ♥ ♥
Para la otra ya aprendimos que: Lo principal, la fiesta hay que hacerla por la mañana. Con el horario de invierno, de pronto, a media ronda de las piñatas ya se había hecho de noche, con frío y llovizna. Así, más temprano, se puede aprovechar el exterior de la casa para poner las mesas y los niños pueden jugar y correr por el patio y jardín. También que se puede aprovechar mucho más el tiempo del brincolín si es de día; Que hay que encargarle a alguien que tome las fotos, para que queden bonitas imágenes de recuerdo, porque la mamá en la loca viendo que Octavio esté bien y el papá atendiendo invitados, ninguno puede hacerse cargo; que hay que hacer una fila para entregar los envueltos; Que hay que tener todas las cosas de la comida juntas en la cocina para no perderlas a la hora de la hora. Que tengo que aprender a atender mejor a los invitados, pero la verdad es que yo me ataranté, entre tanta gente y con un pequeño sobreestimulado y emocionado; Que hay que empezar desde ya a planear la siguiente fiesta porque los meses pasan de volada...
Espero que la próxima nos quede mejor...